Aventura en el hoyo con Bartolomé



Carlos y María eran dos niños muy valientes y aventureros. Les gustaba explorar los alrededores de su pueblo y descubrir cosas nuevas.

Pero un día, mientras caminaban por la montaña, se encontraron con algo que nunca habían visto antes: un huaico. El río estaba crecido y el agua bajaba con mucha fuerza arrastrando piedras y troncos. Carlos y María intentaron correr para ponerse a salvo, pero el huaico los alcanzó rápidamente.

- ¡María! ¡Carlos! -gritó la mamá de los niños desde lejos-. ¡Vengan hacia aquí! Pero ya era demasiado tarde. El agua los arrastró hasta un hoyo en el suelo donde quedaron atrapados. - ¿Qué vamos a hacer? -preguntó María angustiada.

- Tranquila, tenemos que mantenernos calmos -respondió Carlos tratando de tranquilizarla-. Vamos a pensar cómo salir de aquí. Los niños buscaron una manera de salir del hoyo, pero todas las paredes eran altas e imposibles de escalar.

Parecía que estaban atrapados allí para siempre. De repente, escucharon un sonido extraño viniendo del fondo del hoyo. Era como si hubiera alguien más allí abajo con ellos. - ¿Quién está ahí? -preguntó María asustada.

Un pequeño murciélago apareció volando desde lo alto del hoyo hasta posarse en una roca cerca de ellos. - Hola chicos -dijo el murciélago-. Mi nombre es Bartolomé y soy el guardián de este lugar.

Veo que están perdidos, ¿puedo ayudarlos en algo? Carlos y María se sorprendieron al ver a Bartolomé hablar con ellos. Pero al mismo tiempo, sintieron un poco de esperanza al saber que no estaban solos. - Sí, por favor -respondió Carlos-. Estamos atrapados aquí abajo y no sabemos cómo salir.

- No se preocupen chicos, yo los ayudaré -dijo Bartolomé-.

Pero primero necesito que me respondan una pregunta: ¿Qué es lo más importante para ustedes en la vida? Los niños pensaron por un momento y luego respondieron:- Lo más importante para nosotros es nuestra familia y amigos, estar juntos y ser felices. - Muy bien -dijo Bartolomé sonriendo-. Esa es la respuesta correcta. Ahora síganme.

El murciélago empezó a volar hacia arriba llevando consigo a los niños agarrados de sus patas. Después de unos minutos, llegaron a la superficie donde su mamá los estaba esperando con lágrimas en los ojos. - ¡Gracias Bartolomé! -exclamaron Carlos y María emocionados mientras abrazaban a su mamá.

Desde ese día, los niños aprendieron que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos cuando estamos perdidos o atrapados. Y también aprendieron que lo más importante en la vida es el amor y la amistad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!