Aventura en el Océano
En un pequeño pueblo a la orilla del mar, vivían cuatro amigos: Katia Cueto, Carla Fonseca, Michel Guerrero y Juan Ropero. Todos ellos amaban el agua, desde el río que corría cerca de su casa hasta el océano que se extendía bajo el horizonte. Pero algo preocupaba a los chicos: el agua estaba contaminada y eso afectaba a los peces y a todas las criaturas que vivían en ella.
Un día, mientras jugaban en la playa, Katia notó algo extraño en el agua. "¿Vieron eso? Hay algo brillando debajo del mar"- dijo emocionada.
"Vamos a investigar"- propuso Juan. Y sin pensarlo dos veces, se lanzaron al agua.
Llegaron a una profundidad donde encontraron un mundo maravillosamente colorido, lleno de criaturas increíbles. Pero lo que más les sorprendió fueron los imponentes monstruos gigantes que nadaban alrededor. Eran criaturas amistosas, con escamas brillantes y ojos curiosos. Uno de ellos, un pez gigante llamado Aqua, se acercó.
"Hola, pequeños humanos. Soy Aqua, guardián de este océano"- dijo con una voz profunda pero amigable.
"¡Qué increíble!"- exclamó Carla, maravillada. "¿Por qué el agua está tan contaminada?"-.
"Los desechos que tiran en la orilla están afectando nuestro hogar. Sin el agua limpia, todos nosotros corremos peligro"- respondió Aqua, con tristeza en su voz.
Los amigos se sintieron apenados al escuchar esto y decidieron ayudar. "¿Cómo podemos hacer para salvar el océano?"- preguntó Michel.
"Debemos crear conciencia entre los humanos. Si se unen, podríamos limpiar la playa y cuidar el agua"- sugirió Aqua.
Los chicos regresaron a la orilla y empezaron a hablar con los demás niños y adultos del pueblo. "¡Escuchen! El océano necesita nuestra ayuda!"- gritó Juan. "Si seguimos contaminando el agua, las criaturas que viven allí sufrirán"- agregó Katia.
Poco a poco, la gente comenzó a prestar atención. Se organizaron jornadas de limpieza en la playa, y todos se unieron para recoger basura y aprender sobre la importancia del agua limpia.
Una tarde, mientras limpiaban, Aqua apareció de nuevo, esta vez acompañado de su amigo, un pulpo gigante llamado Gaby. "Estoy tan orgulloso de ustedes, pequeños guardianes"- dijo Aqua. "Gracias por cuidar de nuestro hogar"-.
Gaby añadió con entusiasmo: "Nosotros también queremos ayudarte. Ven, los llevaremos a un rincón especial del océano"-.
Intrigados, los amigos siguieron a los monstruos gigantes. Después de un corto viaje, llegaron a un lugar donde el agua resplandecía en todos los colores del arcoíris. "Este lugar es mágico y sólo se mantendrá así si seguimos cuidando nuestros mares"- explicó Aqua.
De repente, la tierra comenzó a temblar y surgió una enorme ola. Los amigos se asustaron, pero Aqua y Gaby los tranquilizaron. "No se preocupen, esto es solo un simulacro de prueba. Queremos que aprendan a reaccionar ante una emergencia"-.
A medida que el agua regresó a su calma, Aqua les enseñó cómo reaccionar y ayudar a los demás en situaciones difíciles. "Cada uno de ustedes tiene el poder de hacer la diferencia"- les dijo.
Desde ese día, Katia, Carla, Michel y Juan se convirtieron en los guardianes del agua, no solo en su pueblo, sino en todos los lugares donde iban. Se dedicaron a cuidar el medio ambiente y a enseñar a otros sobre la importancia del agua limpia.
Y cada vez que realizaron una buena acción, Aqua y Gaby les visitaban para recordarles que siempre se puede hacer algo bueno por el planeta.
Así, los amigos aprendieron que trabajando juntos, podían cambiar el mundo, aunque sus corazones se llenaban de alegría cada vez que veían el agua brillar. El océano volvió a estar limpio y feliz y con él, todos los seres que habitaban en él. ¡Y así comenzó una hermosa amistad entre humanos y criaturas del mar que perduraría por siempre!
FIN.