Aventura en la Tormenta Polar
En la gélida tundra ártica vivían dos ositos polares llamados Nahia y Noah. Un día, mientras jugaban cerca de su guarida, una fuerte tormenta de nieve los separó de su mamá.
Nahia miró a su hermano con preocupación. '¡Noah, no podemos ver más allá de nuestras narices! ¿Y si nos perdemos?'
Noah, tratando de mantener la calma, contestó: 'Tranquila Nahia, encontraremos a mamá. Solo tenemos que seguir adelante.'
Con valentía, los ositos se adentraron en la ventisca, luchando contra la furiosa nieve que les golpeaba el rostro. Después de un rato, Nahia divisó unas huellas en la nieve. '¡Mira, Noah! ¡Son las huellas de mamá! ¡Vamos!'
Siguiendo las huellas, llegaron a un lago congelado. '¿Cómo cruzaremos esto?' preguntó Nahia, temerosa. De repente, un zorro ártico llamado Zafiro se acercó. 'Hola pequeños. Puedo ayudarlos a cruzar el lago, pero tendrán que responderme una pregunta. ¿Cuál es el animal más grande del mundo?'
Noah, recordando algo que mamá les había enseñado, respondió: '¡La ballena azul! Es el animal más grande que ha existido.' Zafiro asintió impresionado y les indicó un camino seguro sobre el hielo. Al cruzar el lago, a lo lejos divisaron la figura reconfortante de su mamá. Con lágrimas de alegría, se abrazaron. Mamá les explicó cómo seguir las huellas para volver a casa, y les recordó siempre estar atentos a las lecciones de la naturaleza.
Aunque la tormenta fue aterradora, Nahia y Noah aprendieron que juntos podían superar cualquier desafío. Y, gracias a su valentía y conocimientos, no solo encontraron a su mamá, sino que descubrieron la importancia de estar preparados y unidos en tiempos difíciles.
FIN.