Aventura en la Universidad de Panamá



En la Universidad de Panamá, había un grupo de alumnos muy distintos. Cada uno tenía sueños y aspiraciones, pero había uno llamado Mateo que soñaba con hacer del mundo un lugar más verde. Era conocido por su gran amor por la naturaleza y siempre había soñado con ser un líder ecológico.

Un día, mientras se encontraba en la biblioteca, leyó un anuncio que decía: "Concurso del Mejor Proyecto Ecológico". Los estudiantes debían presentar una idea innovadora para mejorar el medio ambiente en la universidad. Mateo, emocionado, corrió a contarle a sus amigos.

"¡Hola, chicos! Leí sobre un concurso que promueve proyectos ecológicos. ¿Qué piensan de hacer algo juntos?" - exclamó Mateo.

Sus amigos, Mariana y Luis, lo miraron con curiosidad. Mariana, con su gran pasión por las plantas, fue la primera en responder.

"¡Eso suena genial! Podríamos plantar árboles y crear un jardín de hierbas."

Luis, quien siempre había tenido ideas locas, dijo:

"O podríamos hacer un sistema de reciclaje divertido para que todos participen. ¡Imaginá! Reciclaje con música y baile."

El grupo comenzó a discutir ideas, pero Mateo, con una voz suave, dijo:

"Creo que lo mejor sería combinar las dos ideas. Podemos hacer un jardín que también sea parte del reciclaje. Así, educamos a todos y hacemos algo hermoso."

Todos aplaudieron la idea de Mateo, y juntos decidieron formar un equipo. Sin embargo, no todo fue fácil. Al intentar implementar su proyecto, se enfrentaron a diversas dificultades. Para empezar, necesitaban permisos de la universidad.

Un día, se reunieron con el profesor Gómez, el coordinador ambiental de la universidad.

"Necesitamos su ayuda, profesor. Queremos crear un jardín ecológico y un sistema de reciclaje. Pero no sabemos cómo empezar."

El profesor Gómez sonrió y les dijo:

"Me encanta su entusiasmo. Les ayudaré, pero deben presentar un plan. La planificación es esencial para ser un buen líder."

Los chicos se pusieron a trabajar. Hicieron dibujos, escribieron un plan y calcularon los recursos que necesitaban. Después de mucho esfuerzo, presentaron su proyecto ante un grupo de profesores y estudiantes en la gran sala de la universidad. El día de la presentación, el nerviosismo estaba a flor de piel.

"Vamos, Mateo. Vos podés hacerlo. Recordá, un líder es aquel que inspira a otros" - le dijo Mariana, tratando de animarlo.

Finalmente, cuando llegó su turno, Mateo respiró hondo y comenzó a hablar.

"Nosotros creemos que un jardín no solo embellecerá el campus, sino que también servirá para reciclar y educar a otros sobre la importancia del medio ambiente."

Mientras Mateo hablaba, los ojos de sus compañeros brillaban de entusiasmo. Sin embargo, cuando terminaron, hubo una sorpresa. Un grupo de estudiantes rivales se rió de su propuesta y dijo que era una pérdida de tiempo.

"¡El tiempo es oro! No podemos andar jugando a ser jardineros en la universidad." - gritaron.

Mateo sintió un nudo en la garganta, pero en vez de rendirse, decidió actuar.

"Si plantamos estos árboles, en el futuro, ellos ofrecerán sombra, aire limpio y un lugar para que todos disfrutemos. ¿Eso no vale la pena?" - respondió con seguridad.

Los demás estudiantes comenzaron a pensar. Algunos murmullos surcaron la sala. Tras un rato, uno de los que habían criticado su idea se levantó y dijo:

"Creo que tienen razón. Un lugar más verde es también un lugar más feliz. Yo me uno a ustedes."

La decisión cambió la atmósfera. Poco a poco, más estudiantes comenzaron a apoyar a Mateo y su equipo. Al final, no solo ganaron el concurso, sino que también unieron a la comunidad universitaria.

El día de la inauguración del jardín, todos colaboraron para sembrar. Vieron cómo las semillas germinaban en risas y juegos, y sintieron el cambio positivo que estaban realizando juntos.

"Nunca imaginé que ser líder significara tanto" - dijo Mateo, mientras observaban la esperanza crecer de la mano con sus plantas.

En ese instante, Mateo comprendió que un líder no solo guía, sino que inspira a otros a cuidar de sí mismos y de su entorno. Con el tiempo, el jardín se convirtió en un refugio para todos, y el proyecto de reciclaje fue un éxito absoluto.

"¡Gracias, Mateo! Hiciste de nuestra universidad un lugar mejor" - le dijeron sus amigos.

"Esto solo es el comienzo. Sigamos cuidando nuestro planeta juntos" - respondió, lleno de alegría.

Así fue como Mateo y su equipo no solo se convirtieron en líderes ecológicos, sino que también edificaron una comunidad comprometida con el ambiente, enseñando a todos que cada pequeño esfuerzo cuenta y que juntos pueden hacer una gran diferencia.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1