Aventura en San Pelayo
Era una mañana fresca y soleada cuando Nini, una curiosa niña de siete años, decidió salir a explorar los hermosos paisajes naturales de San Pelayo junto a su amiga Martha, que siempre estaba lista para una nueva aventura.
"¡Martha! ¿Te gustaría ir al río a ver si encontramos algún pez brillante?" - preguntó Nini con entusiasmo.
"¡Sí! Pero también quiero recoger flores y observar los pájaros. ¡Seguro encontramos muchas cosas interesantes!" - respondió Martha, llena de energía.
Ambas tomaron sus mochilas, llenas de bocadillos y una libreta para dibujar y escribir lo que encontraran. Al llegar al río, vieron el agua transparente chispeando bajo el sol, como si estuvieran en un cuento de hadas.
"¡Mira esos pececitos! Son como pequeños destellos de luz" - exclamó Nini.
"Vamos a intentar atraparlos con nuestras manos, ¡pero hay que ser cuidadosas!" - sugirió Martha, al tiempo que se acercaban despacito.
Mientras intentaban atrapar los pececillos, escucharon un canto melodioso proveniente de un arbusto cercano.
"¿Escuchás eso?" - preguntó Nini.
"Sí, parece un pájaro. ¡Vamos a averiguarlo!" - respondió Martha, un poco intrigada.
Se acercaron al arbusto y vieron a un hermoso pájaro azul sentado en una rama, con un llamativo plumaje.
"¡Es precioso! ¿Qué tal si hacemos un dibujo de él para recordar esta aventura?" - sugirió Nini emocionada.
Las niñas se sentaron en el suelo, sacaron sus lápices de colores y empezaron a dibujar al pájaro mientras él alegremente seguía cantando. Pero de repente, el pájaro voló hacia un árbol más grande, y al hacerlo, su canto se volvió más suave y melodioso.
"¡Oh, no! Se está yendo" - expresó Martha con un poco de tristeza.
"No te preocupes, Martha. Cuando terminemos el dibujo, vamos a seguirlo. Quizás hay algo más hermoso esperando por nosotros" - dijo Nini, intentando animar a su amiga.
Con el dibujo terminado, Nini y Martha se levantaron y comenzaron a seguir al pájaro, que parecía guiarles a un sendero entre los árboles. Al poco tiempo, llegaron a un claro donde había un lago rodeado de flores de muchos colores.
"¡Guau! Este lugar es mágico" - exclamó Martha, ¡es como un cuento de hadas! La naturaleza es realmente asombrosa.
"Sí. Pero hay que protegerlo y cuidarlo. ¡Podríamos hacer una campaña para que más chicos se unan a nosotros en cuidar de este lugar!" - sugirió Nini.
Justo en ese momento, vieron a un grupo de niños jugando sin prestar atención a la basura que habían dejado en el suelo.
"¡Nini! ¡Mirá eso!" - dijo Martha señalando a la basura.
"Vamos a hablar con ellos. Tal vez les gustaría ayudarnos a limpiar y aprender más sobre cómo cuidar la naturaleza" - propuso Nini, decidida.
Nini y Martha se acercaron al grupo de niños.
"¡Hola! Estamos explorando el bosque y encontramos este hermoso lago. Pero notamos que han dejado basura aquí. ¿Les gustaría ayudarnos a mantenerlo limpio y a aprender sobre la importancia de cuidar el medio ambiente?" - preguntó Nini.
Los niños, un poco avergonzados, se miraron entre ellos.
"¡Sí! No nos habíamos dado cuenta. Vamos a ayudar" - respondió uno de ellos.
Nini y Martha comenzaron a recoger la basura junto a los demás niños mientras compartían sus ideas sobre cómo cuidar la naturaleza y lo que habían aprendido durante su exploración.
"Podemos organizar una limpieza semanal aquí y asegurarnos de que todos cuiden el lugar igual que nosotros" - propuso Martha, entusiasmada.
Los niños comenzaron a hablar sobre ideas similares y poco a poco formaron un equipo de cuidadores del lago.
"Mirá, Nini, ¡lo logramos!" - dijo Martha sonriente.
"Sí. Juntos podemos hacer una gran diferencia. ¡La naturaleza necesita nuestro amor y cuidado!" - respondió Nini, llena de esperanza.
Al final del día, las niñas regresaron a casa, no solo con hermosos recuerdos de su aventura, sino también con una nueva misión: cuidar juntos del entorno.
"Estoy tan contenta de haber venido hoy. Nos encontramos con muchas maravillas y amigos nuevos" - concluyó Nini.
"Sí. A veces, una simple aventura puede convertirse en algo increíblemente grandioso" - dijo Martha mientras miraban el cielo pintado de colores al atardecer.
Y así, Nini y Martha prometieron seguir explorando, aprendiendo y cuidando de la naturaleza. Juntas, harían del mundo un lugar mejor, un pasito a la vez.
FIN.