Aventuras bajo las estrellas



Ame y Joaqui eran dos hermanitos muy curiosos. Les encantaba explorar y descubrir cosas nuevas, pero lo que más les gustaba era hacerlo cuando se apagaban las luces de su casa.

En ese momento, una estrella brillante aparecía en el cielo nocturno y bajaba para ayudarlos a emprender sus aventuras. Una noche, Ame y Joaqui decidieron ir al parque cercano a su casa.

La estrella los guió por un camino lleno de obstáculos: piedras, ramas caídas y charcos de agua. A pesar de todo ello, los hermanitos no perdieron la esperanza ni la valentía. Finalmente llegaron al parque. Allí encontraron a un grupo de niños jugando en los columpios.

Ame y Joaqui se acercaron para saludarlos pero notaron que uno de ellos estaba triste. - ¿Qué te pasa? - preguntó Ame. - No tengo amigos con quien jugar - respondió el niño triste. Ame y Joaqui intercambiaron una mirada cómplice, sabían que podían ayudarlo.

- ¡Ven con nosotros! - exclamó Joaqui entusiasmado. - Sí, vamos a jugar juntos - agregó Ame sonriendo. El niño aceptó la invitación con una gran sonrisa en su rostro.

Jugaron juntos durante horas hasta que ya era tarde para volver a casa. En el camino de regreso, la estrella les habló:- Chicos, hoy han hecho algo realmente importante: han ayudado a alguien que lo necesitaba. Eso es lo más valioso que pueden hacer en esta vida.

Ame y Joaqui se sintieron muy orgullosos de su acción y, desde entonces, se convirtieron en amigos del niño triste.

Aprendieron que, a veces, las aventuras más importantes no son las que ellos emprendían sino aquellas que ayudan a los demás. Desde esa noche, cada vez que veían la estrella brillando en el cielo nocturno, recordaban lo valioso de ser amables y solidarios con los demás.

Y así continuaron viviendo aventuras juntos junto a su nueva amigo y la estrella que siempre estaba allí para guiarlos.

FIN.

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