Aventuras en Brookhaven



Era un día soleado en el barrio de Cata, Facundo y Luana. Después de terminar sus tareas, decidieron juntarse a jugar Roblox, específicamente Brookhaven, un juego que les encantaba porque podían crear sus propios mundos y vivir aventuras increíbles.

Cuando se conectaron, Cata fue la primera en hablar.

"¡Chicos, vamos a construir la casa más divertida de Brookhaven!"

"Sí, podemos hacer un lugar lleno de juegos y sorpresas", dijo Luana emocionada. Facundo, que siempre tenía buenas ideas para las decoraciones, agregó:

"Y una piscina gigante también, ¡será genial!"

Así que comenzaron a trabajar juntos, cada uno tenía su rol. Cata se encargó de la estructura de la casa, mientras Luana elegía los muebles y Facundo diseñaba el jardín. Algunas veces, no estaban del todo de acuerdo en lo que querían hacer.

"Yo creo que este color es demasiado brillante, deberíamos elegir uno más suave", propuso Cata.

"Pero a mí me encanta el color brillante, le da alegría a la casa!", respondió Facundo.

"Quizás podríamos hacer un rincón brillante y otro más suave... Así todos estarían felices", sugirió Luana, tratando de mediar entre sus amigos.

Esa fue una gran idea, y así lo hicieron. Al poco tiempo, lograron crear una casa increíble, con un área de juegos en el interior, una sala de cine y un enorme jardín con flores de todos los colores. Luana estaba muy orgullosa de cómo quedó el lugar.

Pero no todo estaba listo, ya que se dieron cuenta de que faltaba un toque especial: la diversión.

"¿Qué tal si invitamos a otros amigos de la escuela a hacer una fiesta en nuestra casa de Brookhaven?", sugirió Cata.

"¡Sí! Podemos organizar juegos y sorpresas para todos!", agregó Facundo entusiasmado.

"¡Yo puedo preparar una búsqueda del tesoro!", exclamó Luana, riendo.

En cuestión de minutos, se pusieron a planear la fiesta. Cada uno se encargó de una tarea: Cata prepararía la música y la decoración, Facundo los juegos, y Luana organizaría la búsqueda del tesoro. Estaban trabajando en equipo como nunca.

Al poco rato se unieron varios amigos y comenzaron a disfrutar de la fiesta. La música sonaba y las risas llenaban el aire. Todos participaron en la búsqueda del tesoro que Luana había planeado.

"¡Este es el mapa del tesoro, busquen pistas por toda la casa!", decía Luana animadamente.

"¡Vamos a encontrarlo!", gritó Facundo mientras corría.

"No se olviden de buscar en el jardín!", recordó Cata.

Sin embargo, mientras buscaban, algo inesperado sucedió. Uno de sus amigos, Mateo, se cayó y se rasguñó la rodilla. Todos se alarmaron.

"¡Mateo, estás bien?", preguntó Cata, preocupada.

"No pasa nada, solo fue un raspón", respondió Mateo, tratando de sonar fuerte.

"¿Estamos todos bien?", preguntó Facundo.

"Creo que deberíamos tomar un respiro y ayudar a Mateo", sugirió Luana.

Los tres amigos decidieron hacer una pausa en la fiesta y se acercaron a Mateo.

"Vamos a ayudarlo, no queremos que se sienta mal", dijo Cata.

"Exacto, a veces lo más importante es cuidar a nuestros amigos", agregó Facundo.

Incluso si les costó un poco dejar la diversión de lado, sabían que ayudar a su amigo era lo correcto.

Entre risas y cuidados, curaron a Mateo y todos retomaron la fiesta con más alegría aún, entendiendo que la amistad y el apoyo entre ellos eran lo más importante.

"Gracias, chicos. Ustedes son los mejores amigos", dijo Mateo sonriendo.

"Siempre estamos para ayudarte", respondió Luana.

Al final del día, les quedó clara una lección: En la diversión, como en la vida, siempre es fundamental cuidar a los que nos rodean. Así, los tres amigos disfrutaron de una gran fiesta, llenos de risas, aventuras, juegos y sobre todo, mucho apoyo mutuo.

¡Y así, Cata, Facundo y Luana aprendieron que un juego puede ser aún más divertido cuando se vive en armonía y verdadero compañerismo!

FIN.

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