Aventuras en el Bosque
Luz era una niña curiosa y llena de energía. Siempre le gustó explorar el mundo que la rodeaba, y su mejor amigo, Max, era su compañero perfecto. Max era un perro de color marrón claro, con orejas largas y suaves, y siempre estaba dispuesto a embarcarse en nuevas aventuras con Luz.
Una mañana brillante, Luz decidió que era el día perfecto para una aventura. "¡Max! Vamos a explorar el bosque que hay al final de nuestra calle!"-, exclamó mientras se ataba los cordones de sus zapatillas.
Max movió la cola emocionado y ladró. "¡Guau! Vamos, Luz!"-
Cuando llegaron al bosque, el aire fresco y el canto de los pájaros los saludaron. Luz y Max siguieron un pequeño sendero cubierto de hojas. De repente, notaron algo brillante entre los árboles.
"¿Qué será eso, Max?"-, preguntó Luz, con los ojos llenos de asombro. "Vamos a averiguarlo!"-
Corrían hacia el brillo y al llegar, encontraron un viejo cofre de madera. "¡Mirá, Max!"-, dijo Luz, al abrirlo con un poco de esfuerzo. Dentro, había una variedad de objetos: juguetes, un libro antiguo y una brújula.
"¡Es un tesoro!"-, gritó Luz. "Vamos a ver qué más hay por aquí..."- Sin embargo, mientras exploraban, se dieron cuenta de que no podían salir del bosque por el mismo camino, ya que la entrada donde habían llegado estaba cubierta por ramas.
Luz se sintió un poco nerviosa. "Max, ¿qué hacemos ahora?"- Max ladró suavemente y se acercó a ella, como diciéndole que no se preocupara. "Tienes razón, amigo. No debemos asustarnos. Podemos usar la brújula para encontrar el camino de salida!"-
Así, Luz examinó la brújula. "Parece que el norte está por allí,"-, dijo, señalando un sendero más estrecho entre los árboles. "Vamos a seguir esa dirección!"-
A medida que avanzaban, se encontraron con diferentes animales: un zorro que los miraba curioso, un búho que les parpadeaba desde una rama, y grupos de ardillas que corrían de un árbol a otro. "Mirá, Max, el bosque está lleno de vida!"-, dijo Luz emocionada.
Pero al poco tiempo, se dieron cuenta de que estaban un poco perdidos, y la brújula empezó a moverse erráticamente. "Oh no, ¿qué está pasando?"-, se preocupó Luz.
"Guau!"-, ladró Max, como si estuviese tratando de calmarla. "Creo que debemos buscar en nuestras cercanías."-
Luz miró a su alrededor y, al observar los árboles, recordó algo que su abuelo le había contado. "Si sigues la dirección del río, siempre puedes encontrar el camino a casa. ¡El río está cerca!"-
"¡Vamos!"-, exclamó Luz, dirigiéndose hacia el sonido del agua. Tras unos minutos de caminata, finalmente llegaron a la orilla del río. El agua fluía con fuerza, y Luz sonrió al sentirse reconfortada.
"¡Mirá, Max! El río nos llevará a la salida del bosque!"-
Decidieron seguir el curso del río, y pronto encontraron un camino que los llevó de regreso al lugar donde habían comenzado su aventura. "¡Lo logramos!"-, alegremente gritó Luz al ver la salida del bosque. "¡Gracias por tu apoyo, Max! Juntos somos un gran equipo."-
Cuando llegaron a casa, Luz y Max estaban cansados pero felices. Luz guardó el cofre con los tesoros en su habitación como un recuerdo de su aventura.
"Siempre recordaré esta experiencia, Max. Aprendí lo importante que es mantener la calma y nunca rendirse. ¿Ves? Con paciencia, encontramos el camino!"-
Max movió la cola, mientras ella le acariciaba la cabeza. Juntos, se acomodaron en el sofá, listos para soñar con nuevas aventuras que los esperaban por venir.
FIN.