Aventuras en el bosque con Caperucita y sus amigos



Había una vez, en un bosque encantado, una pequeña niña llamada Caperucita feroz.

A diferencia de la historia clásica, ella no se dedicaba a llevar comida a su abuelita enferma, sino que le gustaba explorar el bosque y descubrir nuevas especies de plantas y animales. Un día, mientras caminaba entre los árboles, encontró unos hongos muy extraños y decidió llevárselos a casa para estudiarlos. Mientras los recogía con cuidado en su cesto, escuchó un ruido detrás de ella.

Al volverse, vio que era un lobo enorme. - ¡Hola Caperucita! -dijo el lobo con una sonrisa-.

¿Qué haces por aquí? Caperucita no se asustó porque sabía que ese lobo era amigable y siempre le había ayudado a encontrar nuevas especies en el bosque. - Estoy buscando hongos raros para mi colección -respondió Caperucita-. ¿Tú has visto alguno? - Sí, justo por allí hay uno muy interesante -señaló el lobo-.

Pero ten cuidado con las mariposas del bosque. Son muy traviesas y pueden hacerte perder fácilmente. Caperucita siguió las indicaciones del lobo y encontró el hongo que estaba buscando. Pero al intentar regresar a casa se perdió entre los árboles.

- No sé cómo volver -pensó Caperucita preocupada-. Siempre he sido buena orientándome en el bosque pero esta vez me confundí. De repente escuchó unas risitas y vio a un grupo de mariposas que jugaban entre los árboles.

- Hola Caperucita -dijo la mariposa más grande-. ¿Necesitas ayuda? - Sí, me perdí -respondió Caperucita-. No sé cómo volver a casa.

Las mariposas se ofrecieron a guiarla por el bosque y así fue como Caperucita feroz aprendió una importante lección: no importa cuánto sepas sobre algo, siempre es bueno contar con la ayuda de los demás. Finalmente, después de muchas aventuras en el bosque encantado, Caperucita llegó a su casa con sus hongos raros y su colección de plantas y animales.

Y aunque nunca encontró lobos feroces en su camino, sí descubrió que existen muchos seres mágicos en el mundo que pueden enseñarnos cosas nuevas si estamos dispuestos a escucharlos.

FIN.

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