Aventuras en el jardín
Había una vez en la sala de niños de 4 años del jardín, un grupo muy especial de amigos: Cabeza, Brazos, Piernas, Oídos y Nariz. Ellos vivían felices jugando y aprendiendo juntos todos los días.
Un día, la maestra les dijo a los amigos que iban a aprender sobre la importancia de cuidar su cuerpo. Todos prestaron mucha atención porque estaban emocionados por descubrir cosas nuevas.
"Hoy vamos a hablar sobre por qué es importante cuidar nuestro cuerpo", les dijo la maestra con una sonrisa.
Cabeza levantó la mano y preguntó: "¿Por qué es tan importante?"La maestra explicó: "Nuestro cuerpo es como una máquina maravillosa que nos permite jugar, correr, saltar y sentir muchas cosas lindas. Si no lo cuidamos bien, podemos lastimarnos y no poder hacer todas esas cosas divertidas que nos gustan". Los amigos asintieron con seriedad mientras escuchaban atentamente. "Vamos a hacer un juego", propuso la maestra.
"Les voy a dar pistas sobre cómo cuidar cada parte del cuerpo y ustedes tendrán que adivinar de quién estamos hablando".
Todos se entusiasmaron con el juego y comenzaron a prestar mucha atención a las pistas que les daba la maestra. La primera pista fue para Brazos:"Esta parte del cuerpo nos ayuda a abrazar fuerte a nuestros seres queridos.
"Brazos levantó emocionado la mano y exclamó:- ¡Soy yo! ¡Yo soy los brazos! La siguiente pista fue para Piernas:"Conmigo pueden correr rápido y saltar muy alto". Piernas brincó de alegría al reconocerse en la descripción. Así fueron pasando las pistas para Oídos, Nariz y finalmente para Cabeza.
Los amigos se divertían mucho descubriendo cómo cuidar cada parte de su cuerpo correctamente.
Al terminar el juego, la maestra resumió:"Recuerden chicos, es muy importante lavarse bien las manos antes de comer para evitar enfermedades; proteger sus oídos cuando haya ruidos fuertes; usar protector solar para cuidar su piel; mantener limpio su cabello; alimentarse sanamente; hacer ejercicio regularmente; dormir lo suficiente; ¡y siempre escuchar a su corazón!"Los amigos entendieron lo importante que era cuidarse mutuamente y prometieron ayudarse unos a otros en ese camino.
Desde ese día, Cabeza, Brazos, Piernas, Oídos y Nariz se convirtieron en los mejores guardianes de sus cuerpos. Se apoyaban entre sí recordándose constantemente lo valiosos que eran y lo mucho que debían cuidarse para seguir jugando felices juntos por mucho tiempo más.
Y así continuaron disfrutando de sus días en el jardín aprendiendo nuevas lecciones llenas de diversión e amistad.
FIN.