Aventuras en el Lago Titicaca
En la encantadora comunidad de Challapampa, donde el sol brilla con fuerza sobre las aguas del majestuoso lago Titicaca, vivían dos grandes amigos: un conejo llamado Timo y una mariposa llamada Lila. Cada mañana, juntos exploraban las orillas del lago, disfrutando de la belleza de la naturaleza y de las risas que compartían.
Una mañana soleada, mientras Timo saltaba ágilmente, Lila revoloteaba a su alrededor, ilustrando con sus alas de colores brillantes.
"¡Mirá, Timo! ¡Hay una flor gigante!" - exclamó Lila con alegría, señalando hacia una impresionante flor de loto que se alzaba en el agua.
"¡Qué hermosa es! Nunca había visto algo así. Debemos acercarnos" - dijo Timo emocionado.
Ambos se acercaron a la flor. Al tocarla, de repente se oyó una voz suave que emergió de la flor.
"¡Hola, pequeños! Soy la Flor de la Sabiduría y tengo un reto para ustedes. Si desean aprender algo nuevo sobre el lago y su magia, deben resolver tres acertijos" - dijo la flor con dulzura.
Los ojos de Timo y Lila brillaron de emoción.
"¡Estamos listos!" - respondieron en coro.
La Flor de la Sabiduría les planteó el primer acertijo:
"Soy ligero como una pluma, pero no puedo volar. Soy la razón por la cual los ríos corren y los mares lloran. ¿Qué soy?"
Timo pensó un momento y dijo:
"¡Agua!" -
"¡Correcto!" - exclamó la flor. "Ahora, el segundo acertijo: ¿Qué cosa es, que llena una habitación, pero no ocupa espacio?"
Lila, moviendo sus alas pensó con atención antes de responder:
"¡La luz!"
"Así es, ¡bien hecho! Ahora, el último acertijo: Soy algo que puedes perder y encontrar, que en palabras se convierte en alegría o tristeza. ¡Quien lo comparte, nunca pierde! ¿Qué soy?"
Timo y Lila intercambiaron miradas. Timo reflexionó, mientras que Lila revoloteó nerviosa a su alrededor.
"Podría ser... ¡La amistad!" - dijo Timo con confianza.
"¡Exactamente!" - respondió la flor emocionada. "Ustedes han demostrado ser valientes y astutos. Recuerden siempre que el conocimiento y la sabiduría son tesoros que se encuentran a través de la amistad y el aprendizaje!"
La flor les otorgó un hermoso medallón que brillaba en el sol.
"Este medallón les recordará la importancia de compartir y aprender juntos" - dijo la Flor de la Sabiduría antes de desvincularse en una suave brisa.
"¡Ahora somos guardianes del conocimiento del lago!" - celebró Lila, revoloteando emocionada.
Desde aquel día, Timo y Lila continuaron explorando las maravillas del lago, compartiendo su nueva sabiduría con otros animales y enseñándoles lo que habían aprendido. Cuando contaban su aventura, todos se maravillaban y se unían a la búsqueda de nuevos conocimientos.
Con el tiempo, la comunidad de Challapampa se convirtió en un lugar donde todos se ayudaban a aprender y crecer, gracias a la valiente amistad entre un conejo y una mariposa. Y así, cada día en las orillas del lago Titicaca, florecía la magia del conocimiento compartido.
Fin.
FIN.