Aventuras en la galaxia Son de Villa Sarmiento
Isa, Maite y Manu eran tres amigos de Villa Sarmiento apasionados por la ciencia y el espacio. Un día, mientras observaban las estrellas desde el jardín, un objeto brillante surcó el cielo. Era una nave espacial que aterrizó suavemente a pocos metros de ellos.
Intrigados, se acercaron y la puerta se abrió, revelando a un simpático astronauta. '¡Hola, chicos! Soy el capitán Orion y vengo de la galaxia Son de Villa Sarmiento. He oído hablar de su curiosidad y valentía, y los invito a acompañarme en un viaje por el espacio para conocer mi hogar', les dijo el astronauta.
Sin dudarlo, los tres amigos aceptaron la invitación. Subieron a la nave y despegaron rumbo a lo desconocido. Pronto, se encontraron rodeados de estrellas, planetas y extrañas criaturas.
-'¡Miren, una constelación en forma de perrito!' exclamó Maite señalando a lo lejos.
-'Y allí, un planeta con anillos de colores', agregó Manu señalando por la ventana de la nave.
-'Es asombroso', susurró Isa, maravillada por todo lo que veían.
Durante su viaje, el capitán Orion les enseñó sobre las distintas galaxias, las leyes de la física, y la importancia de cuidar el medio ambiente en todos los rincones del universo. También les contó historias de valentía y amistad que habían marcado la historia de su galaxia.
Después de semanas de emocionantes aventuras, la nave regresó a Villa Sarmiento. Los amigos se despidieron del capitán Orion con nostalgia, pero con el corazón lleno de experiencias inolvidables.
-'¡Esa fue la mejor aventura de nuestras vidas!' exclamó Maite, abrazando a sus amigos.
-'Sin duda. Ahora sabemos que el universo es aún más grande de lo que imaginábamos', dijo Isa con una sonrisa.
-'Y que la amistad y la curiosidad son las estrellas que siempre nos guiarán', agregó Manu, mirando al cielo con una mezcla de asombro y agradecimiento.
Desde aquel día, los tres amigos siguieron explorando el mundo con ojos llenos de asombro, sabiendo que, aunque pequeños en comparación con el universo, tenían un mundo entero por descubrir y cuidar. Y quienes sabe, tal vez, algún día, volverían a emprender un viaje a la galaxia Son de Villa Sarmiento, llevando consigo la valiosa lección de que la verdadera grandeza no está en el tamaño, sino en el corazón.
FIN.