Aventuras en la Naturaleza
Había una vez un niño llamado Iker que vivía en México. Iker era un niño muy curioso y le encantaba aprender sobre los animales.
Un día, su mamá decidió llevarlo al zoológico para que pudiera ver de cerca a todos esos animales que tanto le fascinaban. Cuando llegaron al zoológico, Iker estaba emocionado. Caminaron por los diferentes recintos y él iba señalando cada animal con entusiasmo.
Pasaron por el recinto de los leones, las jirafas y hasta los elefantes. De repente, Iker vio algo extraño en uno de los recintos. Se acercó corriendo y se encontró con una jaula vacía. "¿Dónde está el animal?", se preguntó confundido.
Justo en ese momento, escuchó un ruido proveniente del techo. Iker levantó la mirada y vio a un mono travieso colgando de una rama. El mono lo estaba observando con curiosidad y parecía querer comunicarse con él.
Sin pensarlo dos veces, Iker decidió seguir al mono mientras este saltaba de árbol en árbol. Llegaron a una zona del zoológico donde no había visitantes y allí el mono empezó a hablarle a Iker: "-¡Hola! Me llamo Mono Manolo".
Iker quedó sorprendido al darse cuenta de que podía entender lo que el mono decía. "-¡Wow! ¡Eres increíble!", exclamó emocionado. Mono Manolo le explicó a Iker que había escapado de su jaula porque quería explorar y conocer el mundo fuera del zoológico.
Iker se dio cuenta de que Mono Manolo estaba triste y le ofreció su ayuda para encontrar su lugar en la naturaleza. Así comenzó una gran aventura para Iker y Mono Manolo.
Juntos recorrieron diferentes lugares de México, aprendiendo sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y respetar a los animales en su hábitat natural.
Durante su viaje, conocieron a otros animales como un tigre valiente llamado Tito, un oso perezoso llamado Óscar y una tortuga sabia llamada Doña Carmela. Cada uno de ellos les enseñó lecciones importantes sobre el respeto por la naturaleza y cómo protegerla. Después de muchas aventuras juntos, llegó el momento en que Mono Manolo decidió regresar al zoológico.
Había extrañado a sus amigos allí y se dio cuenta de que aunque estar libre era emocionante, también extrañaba tener un hogar seguro. Iker entendió la decisión del mono y lo acompañó de vuelta al zoológico.
Al llegar, Mono Manolo fue recibido con alegría por los demás animales. Iker sintió una satisfacción enorme al saber que había ayudado a su amigo a encontrar su lugar en el mundo. Desde aquel día, Iker visitaba regularmente a sus amigos en el zoológico.
Aprendió que aunque es maravilloso explorar la naturaleza, también es importante protegerla y cuidar de los animales que viven allí.
Y así, cada vez que Iker iba al zoológico recordaba las increíbles aventuras vividas junto a Mono Manolo y agradecía la oportunidad de aprender sobre el mundo animal.
FIN.