Aventuras en la Plaza


Llegó el tan esperado sábado por la tarde, y las amigas Ana, Sofía y Valentina estaban emocionadas por pasar un día divertido en la plaza. Salieron de casa con sus mochilas llenas de meriendas y bicicletas relucientes. Al llegar, se encontraron con un magnífico espectáculo de payasos y malabaristas que las dejó boquiabiertas.

-¡Miren esas payasas! ¡Son fantásticas! -exclamó Sofía señalando hacia el escenario.

-¡Sí, podemos aprender algunos trucos de malabares y hacer nuestros propios shows! -agregó Ana emocionada.

Corrieron hacia el área de juegos, se balancearon en los columpios, se deslizaron por el tobogán y se divirtieron como nunca. Luego, se detuvieron junto a un grupo de niños que estaban pintando en el suelo con tizas de colores.

-¡Vamos a unirnos y crear un gran dibujo juntas! -propuso Valentina, y así lo hicieron. Dibujaron un hermoso arco iris rodeado de flores y pájaros, mientras compartían risas y anécdotas.

Cuando el sol comenzó a ponerse, decidieron descansar en el césped para disfrutar de la merienda. Mientras comían, una señora mayor se acercó a ellas.

-¿Les gustaría ayudarme a alimentar a los patos del estanque? -preguntó la amable anciana.

Las amigas asintieron emocionadas, y se unieron a la señora para darle de comer a los patos. Fue una experiencia maravillosa ver a los patos nadar y reír mientras disfrutaban de su comida.

Al terminar, la señora les agradeció con una gran sonrisa y les regaló unos hermosos pajaritos de papel que había hecho. Las amigas se despidieron con alegría, sintiéndose llenas de felicidad por haber ayudado y por haber vivido un día tan especial en la plaza.

Desde ese día, las tres amigas aprendieron que la diversión y la bondad van de la mano, y que siempre hay oportunidades para hacer del mundo un lugar mejor.

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