Aventuras en la Sala de Clases



Había una vez en la I.E 11501 de Tacna, en la sala de tercer grado de primaria, un grupo de niños y niñas muy traviesos que siempre se distraían y no lograban aprender bien en clase.

La maestra, la señorita Rosa, decidió tomar cartas en el asunto y les explicó la importancia de tener normas adecuadas para poder aprender mejor en el aula.

"Chicos y chicas, si queremos aprender y divertirnos juntos, es fundamental que respetemos ciertas reglas dentro de la clase", les dijo la señorita Rosa con una sonrisa amable. Los niños y niñas escucharon atentamente. Desde ese día, se comprometieron a seguir algunas normas muy importantes.

"Primero" , comenzó la señorita Rosa, "vamos a escuchar atentamente cuando alguien esté hablando, levantando la mano si queremos participar". Todos asintieron con entusiasmo. A partir de ese momento, se escuchaba un silencio respetuoso cuando alguien hablaba.

"Segundo" , continuó la maestra, "vamos a cuidar nuestro material escolar y mantener el aula ordenada, para poder encontrar todo lo que necesitamos cuando lo necesitemos". Los niños y niñas comenzaron a cuidar mucho más sus útiles y a colaborar para mantener el aula limpio y ordenado.

"Tercero" , prosiguió la señorita Rosa, "vamos a ser amables y respetuosos entre nosotros, así todos nos sentiremos felices y seguros en el aula". Los pequeños asintieron con determinación.

A medida que pasaban los días, los niños y niñas se dieron cuenta de lo mucho que estaban aprendiendo y divirtiéndose en clase, gracias a las normas que habían acordado. Pronto, comenzaron a sentirse como un verdadero equipo, apoyándose y compartiendo sus conocimientos.

La señorita Rosa estaba muy orgullosa de sus alumnos y alumnas, quienes habían demostrado que, con normas adecuadas, podían lograr grandes cosas. Desde ese día, la sala de tercer grado de primaria se convirtió en un lugar donde todos aprendían y disfrutaban juntos, gracias a la magia de las normas adecuadas.

FIN.

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