Aventuras en la Selva Tropical
En lo profundo de la selva tropical vivía un colorido tucán llamado Tito. A Tito le encantaban las uvas y los plátanos, eran sus frutas favoritas, pero siempre se sentía un poco solo mientras las comía.
Un día, mientras picoteaba una jugosa uva morada, escuchó un croar suave que provenía de detrás de unos arbustos. Al acercarse con curiosidad, descubrió a un sapo verde llamado René que estaba admirando unas hermosas flores silvestres.
Tito se acercó lentamente y saludó al sapo con entusiasmo: "¡Hola! Soy Tito, el tucán. ¿Y tú quién eres?". René levantó la cabeza sorprendido y respondió: "¡Hola, Tito! Soy René, el sapo. Me encantan las flores; son tan coloridas y fragantes".
Tito sonrió y propuso: "¿Qué te parece si compartimos nuestras comidas? Yo traeré mis uvas y plátanos, ¡y tú puedes traer algunas flores para decorar nuestra mesa!". Desde ese día, Tito y René se convirtieron en grandes amigos.
Se reunían todos los días para disfrutar de deliciosos banquetes juntos. Mientras Tito devoraba sus uvas y plátanos jugosos, René adornaba la mesa con las más bellas flores que encontraba en la selva.
Un día, cuando estaban disfrutando de su comida diaria, escucharon gritos desesperados provenientes de lo profundo del bosque. Intrigados por los gritos angustiados, decidieron ir a investigar juntos.
Caminaron entre los árboles altos hasta llegar a un claro donde vieron a una familia de monos atrapada en una red tendida por cazadores furtivos. Los pobres monitos lloraban pidiendo ayuda. Tito miró a René con determinación y dijo: "- ¡Debemos hacer algo para ayudarlos! ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados!".
René asintió con valentía y propuso: "- ¡Yo puedo saltar sobre los cazadores para distraerlos mientras tú liberas a los monitos!".
Así fue como trabajaron juntos como un equipo perfecto: René saltaba velozmente alrededor de los cazadores mientras Tito usaba su pico afilado para cortar la red y liberar a los monitos asustados. Finalmente lograron salvar a toda la familia de monos gracias a su ingenio e valentía.
Los monitos les dieron las gracias efusivamente antes de regresar al corazón del bosque. Tito abrazó emocionado a René diciendo: "- ¡Eres el mejor amigo que podría tener! Gracias por tu valentía". René sonrió humildemente y respondió: "- Y tú también eres increíble, amigo tucán. Juntos formamos un gran equipo".
Desde ese día en adelante, Tito y René continuaron siendo amigos inseparables en la selva tropical; compartiendo sus comidas favoritas bajo el sol brillante mientras vivían nuevas aventuras juntos cada día.
FIN.