Aventuras en las Sierras de Tandil
Había una vez en las sierras de Tandil, una princesa llamada Regina. Ella vivía en un castillo rodeado de montañas y naturaleza. Pero a pesar de tener todo lo que quisiera, Regina se sentía muy sola.
Un día, mientras caminaba por el bosque, escuchó un ruido extraño. Se acercó sigilosamente y descubrió a un hermoso unicornio atrapado en unas ramas. Regina no dudó ni un segundo y corrió a ayudarlo.
Después de liberarlo, el unicornio le habló:"Gracias por rescatarme, princesa Regina. Soy Nube Blanca y he sido enviado para ayudarte". Regina estaba sorprendida al escuchar hablar al unicornio, pero también emocionada por tener compañía. "¿Qué puedo hacer por ti?", preguntó Regina.
"Te voy a ayudar a encontrar la felicidad", respondió Nube Blanca. Desde ese momento, el unicornio se convirtió en el mejor amigo de Regina. Juntos exploraron los rincones más increíbles del bosque y aprendieron mucho sobre la naturaleza.
Un día mientras paseaban cerca del lago encantado, Nube Blanca le dijo a Regina:"Princesa, ¿por qué te sientes tan sola?"Regina suspiró profundamente antes de responder:"A pesar de tener todo lo que quiero aquí en mi castillo...
siento que algo me falta". Nube Blanca asintió sabiamente con su cabeza y continuaron caminando hasta llegar a una cueva misteriosa donde encontraron una lámpara mágica. Cuando frotaron la lámpara apareció un genio que les concedió tres deseos.
Regina pidió ser la princesa más feliz del mundo, pero el genio le dijo:"Para ser feliz, tienes que ayudar a los demás". Regina y Nube Blanca salieron de la cueva con un nuevo propósito: ayudar a los habitantes del reino.
Comenzaron visitando al anciano del pueblo para llevarle medicinas y comida. Después fueron a jugar con los niños y enseñarles sobre las plantas y animales del bosque.
Poco a poco, Regina se sintió más feliz al ver la sonrisa en el rostro de las personas que había ayudado.
Un día, mientras caminaba sola por el bosque, Regina se encontró con una vieja bruja malvada que le lanzó una maldición: perdería su castillo si no encontraba un tesoro escondido en menos de tres días. Regina estaba desesperada hasta que recordó lo que el genio le había dicho: "para ser feliz tienes que ayudar a los demás".
Decidió pedir ayuda a todos los habitantes del reino para encontrar el tesoro juntos. Finalmente encontraron el tesoro justo antes de que terminara el plazo. La princesa había aprendido una gran lección: trabajar en equipo puede lograr cosas increíbles.
Desde ese momento, Regina ya no se sentía sola porque tenía amigos verdaderos y sabía cómo hacer felices a las personas. Y gracias a Nube Blanca, siempre tendría aventuras emocionantes por vivir en las sierras de Tandil.
FIN.