Aventuras en los esteros del Iberá
Había una vez, en los hermosos esteros del Iberá, un carpincho llamado Pancho. Pancho era un carpincho muy especial, ya que le encantaba pasar las noches admirando las estrellas y jugando con las luciérnagas.
Una noche, mientras Pancho estaba disfrutando de la noche estrellada, se encontró con un ciervo llamado Ciro. Ciro había perdido su camino y estaba muy asustado. "Hola amigo, ¿estás bien?" preguntó Pancho preocupado.
"No sé dónde estoy ni cómo volver a mi hogar" respondió tristemente Ciro. Pancho decidió ayudar a su nuevo amigo y juntos comenzaron a buscar el camino de regreso al campo donde vivía Ciro. En el camino, conocieron a muchos animales diferentes como aves coloridas y ranas saltarinas.
De repente, mientras cruzaban un arroyo iluminado por las luciérnagas, se encontraron con una familia de nutrias que parecían estar en peligro. Las nutrias habían quedado atrapadas en una red de pesca abandonada por los humanos.
Pancho y Ciro sabían que tenían que hacer algo para ayudar a sus amigos acuáticos. Así que trabajaron juntos para liberar a las nutrias de la red y llevarlas sanas y salvas al agua donde pertenecen.
Finalmente llegaron al campo donde vivía Ciro y él estaba muy contento de haber encontrado su hogar gracias a la ayuda de su nuevo amigo Pancho. Los dos decidieron seguir siendo amigos para siempre.
Desde ese día en adelante, cada vez que Pancho miraba hacia el cielo nocturno, recordaba la importancia de ayudar a los demás y cómo la amistad puede llevarnos a lugares maravillosos.
Y así, Pancho el carpincho y Ciro el ciervo se convirtieron en leyendas de los esteros del Iberá por su valentía y amistad.
FIN.