Aventuras en los Esteros del Iberá
Flor Drusila y Álamo se encontraban explorando los hermosos Esteros del Iberá, un lugar lleno de maravillas naturales. Mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un guacamayo de brillantes colores que volaba por los árboles.
- ¡Mira, Álamo, qué hermoso guacamayo! - exclamó emocionada Flor. El guacamayo, curioso, se acercó a ellos y comenzaron a conversar.
Descubrieron que se llamaba Mateo y les contó sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y respetar a todas las criaturas que viven en el bosque. Juntos, decidieron continuar explorando el lugar. De repente, se encontraron con un oso hormiguero que estaba buscando su comida. - ¡Hola amiguito oso hormiguero! ¿Tienes alguna historia que contarnos? - preguntó Álamo.
El oso hormiguero, llamado Arturo, les habló sobre la paciencia y la importancia de trabajar en equipo para resolver problemas. Con estas enseñanzas en mente, Flor, Álamo, Mateo y Arturo siguieron su camino hasta toparse con un majestuoso yaguareté.
- ¡Wow, qué magnífico yaguareté! - exclamó Flor, emocionada. El yaguareté, llamado Diego, les contó sobre la importancia de proteger a los animales en peligro de extinción y preservar la naturaleza.
Conmovidos por las historias y enseñanzas de sus nuevos amigos, Flor y Álamo se comprometieron a cuidar el medio ambiente y a todas las criaturas que habitan en él. Juntos, plantaron algunas palmeras para contribuir al equilibrio del ecosistema.
Finalmente, se despidieron de sus amigos animales con el corazón lleno de gratitud y un espíritu reforzado para proteger la naturaleza. Desde ese día, Flor y Álamo se convirtieron en defensores apasionados del medio ambiente, inspirando a otros a unirse a su causa.
FIN.