Aventuras sin límites



Valentina era una niña alegre y curiosa, le encantaba jugar al fútbol y soñaba con ser astronauta. Juan, por su parte, era un niño creativo y amante de los cuentos de hadas, le encantaba bailar y quería ser chef.

Ambos eran muy felices, pero a veces escuchaban comentarios como: 'las niñas no deben jugar al fútbol' o 'los niños no pueden bailar con tutú'. Esto les generaba confusión, pero no hacía mella en sus sueños.

Un día, Valentina y Juan se encontraron en el parque y decidieron emprender una aventura juntos. Caminaron por un sendero desconocido hasta llegar a un hermoso bosque. Sin darse cuenta, se adentraron tanto que se perdieron. - ¡Oh no, estamos perdidos! – exclamó Valentina.

- No te preocupes, Valentina, juntos encontraremos el camino de vuelta – dijo Juan con determinación. Mientras exploraban el bosque, Valentina demostró su habilidad para orientarse con el sol, fruto de sus innumerables partidos de fútbol.

Juan, por su parte, sacó su ingenio al recordar un cuento en el que un personaje usaba astucia para salir de problemas. Trabajando juntos, lograron encontrar el camino de regreso. En ese momento, comprendieron que las habilidades no tienen género.

De regreso a casa, contaron su aventura a sus familias, quienes escucharon con sorpresa y admiración. Esto les hizo darse cuenta de lo importante que es apoyar los sueños y habilidades sin importar el género.

A partir de ese día, Valentina siguió jugando al fútbol con orgullo, y Juan continuó bailando y cocinando con entusiasmo. Ambos demostraron que no hay límites para lo que pueden hacer, y que la equidad de género es fundamental para que todos puedan perseguir sus sueños.

Desde entonces, Valentina y Juan inspiraron a otros niños y niñas a ser fieles a sí mismos, sin dejar que los prejuicios limiten sus sueños.

FIN.

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