Aventuras Tecnológicas en la Escuela


Había una vez en los jardines de infantes municipales de Vicente López, un grupo de niños y niñas muy curiosos y creativos que estaban ansiosos por aprender cosas nuevas.

La Seño Romi y la Seño Sabri, dos maestras innovadoras del equipo de Tecnología Educativa Digital, decidieron introducir una nueva clase de tecnología educativa utilizando la metodología STEAM.

En la primera clase, los niños y niñas se encontraron con mesas llenas de materiales como legos, cartulinas, marcadores, cables y pequeños motores. Estaban emocionados ante lo desconocido y las posibilidades que se abrían frente a ellos. "¡Hola chicos y chicas! Hoy vamos a aprender sobre ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas.

¿Están listos para divertirse mientras aprenden?" -dijo la Seño Romi con entusiasmo. Los niños asintieron emocionados mientras la Seño Sabri les explicaba el primer desafío: debían construir un puente resistente utilizando solo papel y cinta adhesiva.

Al principio algunos parecían confundidos, pero rápidamente comenzaron a trabajar en equipo para resolver el problema. "¡Vamos a hacer el puente más resistente del mundo!" -exclamó Mateo entusiasmado mientras cortaba cuidadosamente el papel. Mientras tanto, Sofía dibujaba planos detallados y Tomás calculaba las medidas necesarias.

Todos estaban concentrados en su tarea, aplicando conceptos matemáticos e ingenieriles sin siquiera darse cuenta. Después de un tiempo de trabajo arduo y colaborativo, todos los grupos presentaron sus puentes ante las maestras.

Algunos eran largos y delgados, otros cortos pero robustos; cada uno reflejaba la creatividad e ingenio de los pequeños constructores. "¡Wow! ¡Qué increíbles puentes han construido! ¡Estoy muy impresionada!" -exclamó la Seño Romi con una sonrisa orgullosa. Pero el desafío final estaba por venir.

Las maestras trajeron una canica grande que debía cruzar cada puente sin romperse. Los niños observaban ansiosos cómo las canicas rodaban por encima de sus creaciones con nerviosismo.

Uno a uno fueron probando hasta que finalmente llegó el turno del puente construido por Valentina y Juanito. Todos contuvieron el aliento mientras la canica avanzaba lentamente sobre él... ¡y logró pasar exitosamente! Los niños estallaron en aplausos y risas de felicidad al ver su éxito.

Habían aplicado conocimientos científicos e matemáticos para resolver problemas reales mientras desarrollaban habilidades artísticas en su diseño. Al finalizar la clase, todos se despidieron con alegría sabiendo que habían descubierto un nuevo mundo lleno de posibilidades gracias a la metodología STEAM.

Y así continuaron explorando juntos en cada clase nuevas formas de aprender jugando.

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