Aventuras Verdes
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigos llamados Mérida y Pinocho Lucas. Eran inseparables y siempre estaban buscando nuevas aventuras. Un día, decidieron salir hacia el bosque sin permiso de sus padres.
Mérida y Pinocho Lucas caminaron por el sendero del bosque, maravillados por la belleza natural que los rodeaba. Pero pronto se dieron cuenta de que habían perdido el camino y estaban completamente perdidos.
Desesperados por encontrar su camino de regreso a casa, escucharon un suave murmullo proveniente de un arbusto cercano. Se acercaron cautelosamente y descubrieron una pequeña figura brillante: era la Haba Mek, la protectora del bosque.
La Haba Mek les miró con ojos amables y les dijo: "¿Qué hacen aquí solitos? El bosque puede ser peligroso para niños como ustedes". Mérida respondió nerviosa: "Lo siento mucho, Haba Mek. No queríamos meternos en problemas". Pinocho Lucas asintió con tristeza mientras decía: "Solo queríamos explorar un poco".
La Haba Mek sonrió comprensivamente y les explicó que el bosque es un lugar mágico pero también puede ser peligroso si no se conocen las reglas adecuadas. Les ofreció ayudarlos a encontrar su camino a casa si prometían seguir sus consejos.
Los amigos aceptaron emocionados la oferta de la Haba Mek y ella comenzó a guiarlos por el laberinto del bosque.
En el camino, les enseñó sobre las diferentes plantas y animales, cómo respetar el entorno natural y la importancia de cuidar el medio ambiente. Mérida y Pinocho Lucas escuchaban atentamente mientras caminaban.
Aprendieron sobre la importancia de no dejar basura en el bosque, de no molestar a los animales y de pedir permiso antes de tomar algo del entorno natural. Después de un largo camino, finalmente llegaron a la salida del bosque. Mérida y Pinocho Lucas se despidieron agradecidos de la Haba Mek por su amable guía y valiosas lecciones.
De regreso en casa, los amigos compartieron sus experiencias con sus padres. Prometieron ser más responsables con el medio ambiente y enseñar a otros niños sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. Desde ese día, Mérida y Pinocho Lucas se convirtieron en defensores del medio ambiente.
Organizaron limpiezas en su pueblo, plantaron árboles y educaron a otros niños sobre cómo proteger nuestro hogar. La historia de Mérida, Pinocho Lucas y la Haba Mek se convirtió en una inspiración para todos los habitantes del pueblo.
Gracias a ellos, el bosque floreció nuevamente y se convirtió en un lugar seguro para que todos disfrutaran.
Y así es como dos amigos descubrieron que incluso las aventuras más pequeñas pueden tener grandes consecuencias si aprendemos a respetar la naturaleza que nos rodea.
FIN.