Axels Journey at Modern School



Era un hermoso día soleado con algunas nubes en el cielo cuando Axel se dirigía al colegio Modern School. Al llegar, fue recibido por sus amigos y maestros con abrazos y besos, lo cual siempre le alegraba el día.

El aula estaba decorada de manera colorida y acogedora. Había mesas redondas con etiquetas de colores para que cada niño supiera dónde sentarse.

También había percheros en la pared donde podían colgar sus mochilas, y las sillas tenían forma de animalitos; a Axel le tocó sentarse en una silla con forma de burrito. Axel se encontró con sus amigas Chiari y Nati, quienes estaban tan emocionadas como él por comenzar el día.

Juntos, decidieron empezar pintando unos dibujos que su maestra les había dejado sobre la mesa. Mientras pintaban con entusiasmo, Axel notó algo diferente en el aula. Había rastis (rompecabezas) y ladrillitos para jugar después de terminar las actividades diarias.

Esto emocionó aún más a los niños porque sabían que podrían divertirse mientras aprendían. Después del recreo, la maestra propuso cantar una canción todos juntos. Axel era muy bueno cantando y siempre disfrutaba compartir su voz con los demás.

Todos se levantaron de sus asientos y formaron un círculo alrededor de la maestra. "Uno, dos, tres... ¡comencemos!"- dijo la maestra mientras empezaban a entonar una melodía alegre.

Axel sintió cómo su corazón se llenaba de alegría al escuchar las voces de sus compañeros y ver sus sonrisas mientras cantaban. Era un momento mágico en el que todos se sentían unidos y felices. Después de cantar, la maestra les propuso jugar con los rastis y ladrillitos.

Axel junto a Chiari y Nati construyeron casitas, torres altas y puentes increíbles. Cada uno mostraba su creatividad e imaginación a través de las estructuras que iban creando. Axel se dio cuenta de lo divertido que era aprender jugando.

Aprendió sobre formas, colores, números y cómo trabajar en equipo con sus amigos para lograr objetivos comunes. El día pasó volando entre risas, juegos y aprendizaje.

Axel se despidió de sus amigos con una gran sonrisa en el rostro, sabiendo que había tenido un día maravilloso en el colegio Modern School. Al regresar a casa, Axel le contó emocionado a su mamá todas las actividades que había realizado durante el día. Ella escuchaba atentamente mientras lo abrazaba fuerte.

"Me alegra mucho verte tan feliz"- dijo su mamá orgullosa. "Recuerda siempre disfrutar del aprendizaje y compartir momentos especiales con tus amigos".

Axel asintió con la cabeza, prometiendo seguir aprovechando cada día en el colegio para aprender, divertirse y hacer nuevos amigos. Sabía que gracias a lugares como Modern School podría crecer felizmente rodeado de amor, diversión e inspiración para alcanzar sus sueños.

FIN.

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