Aydham y el Poder del Supurativo
En un pequeño y colorido barrio de Buenos Aires, vivía Aydham, un niño lleno de energía y creatividad. Todos lo conocían como "el Súper Activo Aydham". Aydham tenía la habilidad especial de absorber la energía que había a su alrededor, y eso lo hacía aún más inquieto y divertido.
Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con una mariposa amarilla que brillaba bajo el sol. Intrigado, exclamó:
"¡Hola, pequeña mariposa! ¿De dónde viniste?"
La mariposa, sorprendida de que alguien pudiera hablarle, respondió:
"Vengo del Jardín de la Creatividad. Es un lugar mágico donde todos son libres de volar y crear cosas nuevas. Pero ahora está en peligro. Necesitamos tu ayuda, Aydham."
"¿Peligro? ¡Cuentame más!" - dijo Aydham, cada vez más emocionado.
La mariposa continuó:
"Un Gran Troll de la Negatividad ha llegado y ha comenzado a absorber toda la energía creativa del jardín. Sin ella, el lugar se marchitará y los colores desaparecerán."
Aydham frunció el ceño, ¿qué podía hacer un niño activo como él?"¡Debo ayudarles! ¿Cómo puedo llegar al Jardín de la Creatividad?" - preguntó Aydham, decidido.
La mariposa le mostró el camino. Volaron juntos y, tras atravesar un arcoíris, llegaron a un mundo lleno de colores brillantes y criaturas maravillosas. Pero al llegar, Aydham vio el jardín marchito.
"¡Oh no!" - exclamó él. "No puedo dejar que esto suceda. ¿Qué puedo hacer?"
Una voz profunda resonó:
"Solo tú puedes liberar la energía que hemos perdido. Necesitamos tu fuerza, Aydham."
Aydham sintió una chispa de confianza encenderse en su corazón. Empezó a bailar y saltar, llenando con su energía el aire del jardín. Con cada movimiento, las flores comenzaron a recuperar su color, y los árboles a reverdecer.
Entonces, de repente, una sombra apareció. Era el Gran Troll de la Negatividad.
"¿Qué crees que estás haciendo? Esto es mío ahora!" - gritó el troll, intentando asustar a Aydham.
"No, esto no pertenece a nadie, ¡es de todos!" - replicó el niño con determinación.
Aydham decidió que la única forma de derrotar al troll era utilizar la creatividad. Comenzó a inventar canciones, a contar chistes y a crear historias divertidas que hicieron reír a todas las criaturas del jardín. Pronto, la risa y la alegría llenaron el aire y el troll no pudo soportarlo.
"¡Basta! ¡No puedo más!" - gritó el troll mientras retrocedía, extinguido por la energía positiva de Aydham.
Con un último giro en su danza, Aydham levantó los brazos y el jardín estalló en un mosaico de colores. El troll desapareció, debilitado por la alegría y la camaradería de todos.
Las criaturas del jardín aplaudieron.
"Gracias, Aydham. Has salvado nuestro hogar. Por tu valentía, te concedemos un deseo. ¿Qué quieres?" - preguntó la mariposa.
Aydham pensó un momento y luego dijo:
"Quiero que todos los niños del mundo tengan la oportunidad de conocer la magia de la creatividad y la importancia de compartir su alegría."
Y así, Aydham volvió a su barrio, llevando consigo la chispa que unió a todos en la aventura. Cada vez que veía a otro niño jugando, sonriendo o creando, sabía que había hecho una gran elección.
Desde ese día, en cada rincón, el poder del Supurativo de Aydham nunca dejó de brillar, inspirando a todos a nunca dejar que la negatividad apague su luz.
"Y así, Aydham descubrió que su energía no solo era un superpoder, sino que era la clave para ayudar a los demás también. Y eso, quizás, era su mayor fortaleza."
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.