Bajo el cielo estrellado de Medellín
En una hermosa noche en Medellín, las estrellas brillaban con intensidad y el aire fresco llenaba el corazón de alegría. Joaquín, un niño curioso de diez años, tenía el sueño de conocer el universo. Desde su habitación, miraba por la ventana y se perdía en la inmensidad del cielo.
Una noche, mientras contemplaba las estrellas, escuchó un susurro suave. "Joaquín, Joaquín". Aterrorizado y emocionado a la vez, buscó de dónde provenía la voz. De repente, una estrella brillante comenzó a descender lentamente hacia él. Al aterrizar en el patio de su casa, se transformó en una linda niña con una túnica brillante y cabellos como hilos de oro.
"Hola, Joaquín. Soy Estrella, vengo del cielo. Quiero mostrarte algo especial esta noche" - dijo la niña con una sonrisa.
Joaquín, aún en shock, respondió: "¿De verdad? ¡Eso suena increíble!".
Estrella tomó su mano y, de repente, se encontraron volando sobre Medellín. Las luces de la ciudad brillaban abajo como si fueran estrellas. Joaquín nunca había visto algo tan mágico.
"¿Puedes ver la vida de las personas desde aquí?" - preguntó Joaquín con asombro.
"Sí, de hecho, puedo ver sus sueños. Cada persona tiene uno muy especial que los acompaña. Quiero que los conozcas" - dijo Estrella mientras los colocaba en una nube.
Primero, observaron a Sofía, una joven artista que soñaba con pintar murales en la ciudad. Sofía se sentía insegura y no creía en su talento. "¿Y si la gente no le gusta mi arte?" - murmuró mientras miraba sus pinceles.
"A veces necesitamos dar el primer paso, aunque tengamos dudas" - comentó Estrella "¿Te gustaría ayudarla?".
Joaquín asintió con fuerza. De repente, Estrella hizo un gesto y ambos estaban en el taller de Sofía. Con su magia, le mostró la forma de iniciar un mural. Sofía, con un brillo en los ojos, comenzó a pintar colores vibrantes que iluminarían su comunidad.
Pasado un rato, volaron nuevamente hacia el cielo. "¿Y ese chico de allá?" - preguntó Joaquín, viendo a un joven que construía un cohete de cartón.
"Ese es Martín. Sueña con ser astronauta, pero todos a su alrededor se ríen de él" - explicó Estrella.
Joaquín sintió un nudo en el estómago. "No está bien que se rían de él. ¡Yo creo que puede lograrlo!" - dijo enojado.
"Así es, todos merecen la oportunidad de seguir sus sueños. ¡Vamos a ayudarlo!" - respondió Estrella.
Con un chasquido de dedos, aparecieron en el patio de Martín, que estaba tratando de levantar su cohete. Joaquín se acercó a él y dijo: "¡Hola! ¿Puedo ayudarte con tu cohete?".
Martín, sorprendido, sonrió. "¿Crees que podrás?" - dijo, un poco escéptico. Joaquín asintió con confianza. Juntos, empezaron a armarlo, usando todo lo que tenían a mano.
Mientras trabajaban, Joaquín le contó a Martín sobre sus sueños de explorar el universo y estudiar las estrellas. "Nunca dejes que otros digan que no puedes. Si realmente lo quieres, ¡podes lograrlo!" - alentó Joaquín.
A medida que los bajo el cielo estrellado, el cohete tomaba forma y Martín se sintió más seguro. Sabiendo que no estaba solo en su sueño, Martín decidió invitar a sus amigos a ayudar. Con la ayuda de todos, el cohete se convirtió en una obra de arte. Todos aplaudieron cuando finalmente le colocaron la última estrella detrás.
"¡Hicimos algo increíble!" - exclamó Martín, lleno de alegría.
Con una gran sonrisa, Estrella miró a Joaquín y le dijo: "Lo hiciste muy bien. Has iluminado la vida de esos chicos. Recuerda, siempre puedes hacer una diferencia".
Joaquín sintió una calidez en su pecho, y agradeció a Estrella por la aventura. "¿Puedo volver a verte?" - preguntó un poco triste al pensar que se despediría de ella.
"Siempre estaré en el cielo, pero tú también puedes brillar aquí en la tierra. Nunca olvides que tus acciones pueden ayudar a otros a alcanzar sus sueños. ¡Hasta pronto!" - dijo Estrella, mientras se elevaba hacia el cielo.
Con una sonrisa y un corazón lleno de nuevas ilusiones, Joaquín volvió a su habitación, sintiéndose más fuerte y lleno de inspiración. Sabía que, bajo el cielo estrellado de Medellín, había un mundo entero por descubrir, y con cada acción, él también podía ser una estrella que ayudara a brillar a otros.
Así, con su nuevo propósito, Joaquín decidió crear un club de sueños en el barrio, donde todos pudieran compartir y ayudar a cumplir los sueños de cada uno. A todos los vecinos les encantó la idea, y pronto comenzaron a reunirse bajo ese mismo cielo estrellado, donde junto a estrellas y sueños, la amistad y la unión florecieron en Medellín.
FIN.