Bajo la Tierra y Más Allá



En un mundo donde la superficie está cubierta por un denso manto de nubes grises y el sol apenas brilla, existía un país subterraneo llamado Lumina. Allí vivía Aina, una curiosa chica de cabellos oscuros y ojos brillantes, que siempre soñaba con la vida en la superficie.

Aina pasaba sus días explorando las cavernas de Lumina, siempre recolectando pequeñas piedras brillantes que encontraba en el camino. Un día, mientras recorría una gruta nueva, se topó con un misterioso portal. Sin pensarlo dos veces, decidió cruzarlo.

Al otro lado, Aina emergió en un hermoso jardín lleno de flores de colores vibrantes y un cielo azul radiante. Sin embargo, lo que más la sorprendió fue la presencia de una alta lady, con una postura elegante y un vestido brillante que reflejaba el sol. Era Lady Serafina, una noble de la superficie que recorría el jardín.

"Hola, ¿quién eres?" - preguntó Aina, asombrada por la belleza de todo lo que la rodeaba.

"Soy Lady Serafina, encantada de conocerte. ¿De dónde vienes?" - respondió la noble con curiosidad.

Aina le explicó su vida en Lumina, y a medida que conversaban, se sentía una conexión especial entre ambas. Aina nunca había conocido a alguien como Serafina; su forma de apreciar cada flor, su risa que resonaba como música, e incluso su bondad al escuchar la historia de Aina.

Sin embargo, el regreso a Lumina no era tan sencillo. Cuando Aina quiso cruzar de nuevo el portal, se dio cuenta de que había cerrado.

"Oh no, no puedo volver a casa. ¡Mis padres estarán preocupados!" - exclamó angustiada.

"No te preocupes, Aina. Juntas encontraremos una solución," - dijo Serafina con determinación.

Ambas decidieron trabajar en equipo. Serafina le mostró a Aina los secretos del jardín y, juntas, descubrieron que algunas flores tenían propiedades mágicas.

"Si usamos estas flores y combinamos su poder, podríamos abrir el portal nuevamente,” - sugirió Aina.

"¡Eso es brillante!" - respondió Lady Serafina.

Pasaron días recolectando flores y experimentando con sus poderes, creando pociones y encantamientos. Pero cuando finalmente lograron abrir el portal, Aina se sintió en conflicto.

"Serafina, quiero volver a casa, pero no quiero dejarte. Eres mi amiga y me has enseñado tanto sobre la belleza del mundo exterior."

"Yo también siento lo mismo, Aina. Pero siempre podemos visitarnos. Hay magia en nuestra amistad que ni el portal puede borrar,” - respondió la alta lady, sonriendo.

Ese día, Aina cruzó el portal con una mezcla de alegría y tristeza.

Al regresar a Lumina, Aina comenzó a compartir con los demás sobre la belleza del mundo exterior y a utilizar las flores mágicas para iluminar las oscuras cavernas. Pronto, todos los habitantes de Lumina comenzaron a ver el mundo de manera diferente.

Aina y Serafina se convirtieron en mensajeras de sus respectivos mundos, estableciendo un vínculo que cruzaba la tierra y el cielo. A medida que aprendían y creaban juntas, comenzaron a soñar con ideas para un futuro donde ambos países pudieran coexistir, compartiendo su magia y sus historias.

Finalmente, se reunieron con los líderes de cada mundo y lograron establecer un pacto de amistad entre Lumina y la superficie. El jardín de Serafina se convirtió en un lugar de encuentro, donde chicos y chicas de ambos mundos podían jugar, aprender y descubrir.

Así, Aina y Serafina demostraron que las diferencias podían unirse en amistad y aventuras, creando un futuro donde la curiosidad y la empatía brillaban más que cualquier tesoro.

Y desde aquel día, cada vez que una nueva flor florecía, era un recordatorio de que la conexión entre los mundos era posible y hermosa, siempre que se mantuviera viva la esperanza y la amistad.

FIN.

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