Balle, la ballena protectora



Había una vez, en el inmenso océano Atlántico, una pequeña ballena llamada Balle. Balle vivía felizmente con su familia de ballenas en medio de las aguas cristalinas.

Sin embargo, desde hace algún tiempo, Balle no había visto a su mamá. Un día soleado y brillante, mientras jugaba con sus amigos delfines, Balle decidió emprender un viaje en busca de su mamá perdida.

Nadando a través del océano sin cesar, se encontró con diferentes criaturas marinas que le ofrecieron ayuda. Primero se topó con Don Pez Sabio, quien le dijo: "Pequeña ballena, para encontrar a tu mamá debes seguir la corriente del golfo". Agradecido por el consejo del sabio pez, Balle siguió nadando hacia la dirección indicada.

Mientras nadaba emocionada por la corriente del golfo, algo inesperado ocurrió. Una tormenta feroz apareció de repente y separó a Balle de sus nuevos amigos. La pobre ballenita estaba asustada y sola en medio de las olas gigantes.

De repente escuchó una voz familiar que gritaba: "¡Balle! ¡Balle!" Era su mamá que venía nadando rápidamente hacia ella. Llena de alegría y alivio al verla sana y salva, Balle nadó hacia su madre tan rápido como pudo.

Una vez reunidas nuevamente, mamá ballena explicó lo preocupada que había estado por la desaparición de su hija. Juntas decidieron buscar refugio hasta que pasara la tormenta.

Encontraron una cueva submarina donde se resguardaron, y allí se encontraban cuando escucharon un ruido extraño. Al asomarse, vieron a un grupo de tiburones que estaban atrapados en una red de pesca abandonada. Balle y su mamá no pudieron quedarse quietas sabiendo que los tiburones necesitaban ayuda.

Con valentía y trabajo en equipo, lograron liberar a los tiburones uno por uno. Los tiburones, agradecidos por el rescate, prometieron ser más conscientes del daño que pueden causar las redes de pesca abandonadas.

La noticia del acto heroico de Balle y su mamá se extendió rápidamente por todo el océano. Los animales marinos celebraron su valentía y amabilidad con una gran fiesta subacuática. Desde ese día en adelante, Balle y su mamá fueron conocidas como las ballenas guardianas del océano.

Juntas trabajaban para proteger a todas las criaturas marinas de los peligros humanos.

Y así, la historia de Balle nos enseña la importancia de la familia, la valentía y cómo incluso los más pequeños pueden hacer grandes cambios si están dispuestos a ayudar. --

FIN.

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