Baltasar y su aventura en casa



Baltasar era un niño alegre y curioso. Todos los días, después de la escuela, iba al jardín para jugar con sus amigos y explorar el mundo que lo rodeaba. Pero un día, se despertó sintiéndose mal.

"Mamá, no me siento bien", dijo Baltasar mientras se frotaba los ojos somnolientos. "Oh no, ¿qué te duele?", preguntó su mamá preocupada. "Me duele la cabeza y tengo fiebre", respondió Baltasar con voz débil.

Su mamá tomó su temperatura y descubrió que tenía una fuerte fiebre. Le dio medicina y le recomendó quedarse en casa para recuperarse. Baltasar estaba muy triste cuando supo que no podría ir al jardín ese día.

Se sentía solo sin sus amigos y aburrido sin nada que hacer en casa. Pero entonces recordó algo importante: él podía seguir explorando el mundo desde su propia habitación. Decidió usar su imaginación para crear aventuras increíbles dentro de su casa.

Primero, construyó una fortaleza con almohadas y mantas en su cama. Luego, usó papel crepé para hacer serpentinas coloridas que colgaban del techo como si fueran lianas de la selva.

"¡Mira mamá! ¡Estoy en la jungla!", exclamó Baltasar emocionado mientras saltaba sobre las almohadas. Luego decidió viajar al espacio exterior usando una caja grande de cartón como nave espacial. Con crayones dibujó botones intergalácticos en las paredes de la caja y pegatinas brillantes representando estrellas por todas partes.

"¡Prepárate para el despegue!" gritó Baltasar mientras se sentaba en su trono de cartón y presionaba los botones imaginarios. La nave espacial de Baltasar lo llevó a través del universo, pasando por planetas extraños y descubriendo nuevas formas de vida.

Finalmente, cuando la medicina hizo efecto y su fiebre bajó, Baltasar se durmió con una sonrisa en su rostro.

Había aprendido que incluso cuando no podía salir al mundo real, todavía había muchas aventuras y descubrimientos esperándolo en su propia imaginación.

FIN.

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