Bara y el Festival de Colores
En un bosque lleno de magia, vivía una capibara llamada Bara. A diferencia de sus amigos, que eran de tonos marrones, Bara tenía un pelaje muy especial que brillaba con colores del arcoíris. Cada mañana, mientras el sol se levantaba, Bara disfrutaba de su paseo por el bosque, pero un día notó que algo extraño estaba ocurriendo.
Los colores de su pelaje estaban comenzando a desvanecerse poco a poco. Se asustó y corrió a contárselo a sus amigos:
"¡Chicos, mi pelaje se está volviendo gris, ¿qué haré?"
"Bara, no te preocupes, seguro que es solo una fase", respondió Lucas, un loro de color verde brillante, con una sonrisa.
"O quizás sea cosa de la luna, ella a veces nos juega esas bromas", dijo Rita, una tortuga pintada.
Bara intentó seguir adelante con su día, pero los colores seguían desapareciendo. Al atardecer, decidió hablar con el sabio del bosque, un viejo búho llamado Don Horacio.
Cuando llegó a su casa, le dijo:
"Don Horacio, creo que estoy perdiendo mi magia. Mis colores se van y no sé qué hacer.
"Querida Bara, los colores son una expresión de lo que llevas adentro. Si te sientes triste o insegura, es natural que los colores se desvanecen. Necesitás recordar lo hermosa que sos y encontrar la felicidad que llevas en tu corazón", explicó el búho.
Bara comprendió que necesitaba encontrar su propio brillo. Entonces, Don Horacio le dio un consejo:
"La amistad y la tolerancia son la clave. Pero, primero, necesitás un propósito".
Con ese consejo en mente, Bara decidió organizar un festival de colores en el bosque. Invitó a todos sus amigos:
"¡Chicos, voy a hacer un festival de colores! Todos deben venir y traer algo especial para compartir. ¡Quiero que todos celebremos juntos!"
"¡Es una gran idea!", gritaron todos emocionados.
La noticia del festival se esparció rápidamente. Todos en el bosque se prepararon. Las ardillas recogieron flores, los pájaros pintaron el cielo con sus trinos, y hasta los ciervos traían serenatas para alegrar el ambiente. Pero el mejor momento fue cuando Bara, al ver lo que sus amigos estaban haciendo, se sintió emocionada y decidió que había que hacer algo más.
Contó con la ayuda de Lucas y Rita para crear una gran pintura mural que representara el bosque.
"Vamos a hacer un mural lleno de colores", propuso Bara.
"¿Y si usamos todos los colores que hay en nosotros?", sugirió Rita, y todos estuvieron de acuerdo.
"¡Sí! Así el mural será un reflejo de nuestra amistad y diversidad!" añadió Lucas.
Cuando el día del festival llegó, el bosque era un espectáculo de colores. Sin embargo, lo más especial fue ver a todos trabajando juntos y aceptando sus diferencias.
"¡Mirá cómo todos usan sus diferentes colores!", exclamó Bara. Su corazón se llenó de alegría y, en ese momento, su pelaje comenzó a brillar otra vez.
Bara ya no solo brillaba por fuera, sino que también, gracias a su amistad y amor por el arte, había encontrado nuevamente sus colores interiores.
Esa noche, mientras el cielo se iluminaba con las estrellas, todos los animales prometieron cuidarse y aceptarse.
"Recordemos que cada uno de nosotros aporta algo único al mundo", dijo Bara con una sonrisa.
"Y juntos hacemos que este bosque sea mágico", añadieron todos.
Desde entonces, el bosque no solo se llenó de colores, sino que también se convirtió en un lugar donde reinaba la amistad y la tolerancia.
FIN.