Bartolomé de las Casas y el Tesoro de la Sabiduría
En un lugar remoto de las provincias de Cartagena y Santa Marta, conocidas en aquel entonces como las Indias, vivía un sabio llamado Bartolomé de las Casas. Bartolomé era famoso por su aguda inteligencia y su amor por la sabiduría. Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un grupo de niños indígenas que estaban jugando y riendo. Bartolomé se acercó a ellos y les dijo:
- Buenos días, niños. ¿Qué hacen por aquí?
Los niños lo saludaron con entusiasmo y le contaron que estaban jugando a encontrar el tesoro escondido. Bartolomé, intrigado, les preguntó de qué se trataba ese tesoro y los niños le explicaron que según una antigua leyenda, en lo más profundo del bosque se encontraba el tesoro más valioso de todos: el Tesoro de la Sabiduría. Este tesoro contenía conocimientos y enseñanzas que podían enriquecer el corazón y la mente de quien lo encontrara.
Bartolomé se sintió emocionado por la historia y decidió unirse a la búsqueda del tesoro junto a los niños. Durante días, exploraron el bosque con alegría, superando obstáculos y desafíos, siempre con la esperanza de hallar el misterioso tesoro. En el camino, Bartolomé les contaba a los niños historias y lecciones que había aprendido a lo largo de su vida, y ellos lo escuchaban con admiración.
Finalmente, luego de una larga travesía, llegaron a un lugar especial en el bosque donde descubrieron un arco iris brillante que conducía a una cueva oculta. Emocionados, entraron en la cueva y encontraron un cofre adornado con símbolos antiguos. Al abrirlo, descubrieron que el verdadero tesoro no era oro ni joyas, sino una colección de libros con conocimientos, poesías, y leyendas de todas las culturas. Los niños y Bartolomé tomaron los libros con reverencia, sintiéndose enriquecidos por la sabiduría que habían encontrado.
Desde ese día, Bartolomé compartió esos libros y conocimientos con su comunidad, enseñando a los niños y adultos sobre el valor de la sabiduría y el conocimiento. Los niños crecieron siendo personas sabias y compasivas, extendiendo la enseñanza de Bartolomé por toda la región. Y así, el Tesoro de la Sabiduría se convirtió en un legado eterno que inspiró a generaciones enteras.
FIN.