Basquetbol o Fútbol



Matías era un chico de 11 años apasionado por dos deportes: el básquetbol y el fútbol. Cada día, después de la escuela, se dividía entre practicar tiros al aro en la cancha local y jugar partidos de fútbol con sus amigos en el parque. Un día, mientras jugaba al básquetbol, un entrenador lo observó y le ofreció unirse al equipo juvenil. Feliz y emocionado, Matías aceptó, pero pronto se dio cuenta de que los entrenamientos de básquetbol y los partidos de fútbol coincidían en horario.

Matías se sentía confundido y preocupado. No quería decepcionar a ninguno de sus equipos, pero no sabía cómo manejar la situación. Decidió hablar con su mamá, quien lo escuchó con cariño y le dijo: "Matías, entiendo que te gusten los dos deportes, pero a veces en la vida tenemos que tomar decisiones difíciles. Tal vez podrías hablar con tus entrenadores y buscar una solución juntos". Animado por las palabras de su mamá, Matías decidió seguir su consejo.

El siguiente día, fue a hablar con su entrenador de básquetbol y le explicó su situación. Para su sorpresa, el entrenador le propuso una solución: ajustar los horarios de entrenamiento para que Matías pudiera seguir jugando al fútbol con sus amigos. Aliviado, Matías corrió al parque para contar la buena noticia a sus amigos. Todos celebraron su decisión y prometieron apoyarlo en ambas disciplinas.

Con el tiempo, Matías aprendió a gestionar su tiempo y energía entre el fútbol y el básquetbol. Descubrió que ambos deportes tenían aspectos que lo ayudaban a desarrollarse como deportista y como persona. Aprendió sobre el trabajo en equipo, la disciplina y la superación personal. Además, se convirtió en un ejemplo para otros chicos que también querían practicar más de un deporte. Matías comprendió que, aunque a veces la vida nos obliga a tomar decisiones difíciles, siempre hay maneras de encontrar un equilibrio que nos haga felices y nos permita crecer en aquello que amamos.

FIN.

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