Basti y el secreto de sus habilidades
Había una vez un niño llamado Basti, quien era muy especial. Desde pequeño demostró tener habilidades increíbles en diversas áreas, como la música, el deporte y las matemáticas.
Sin embargo, a pesar de su talento, Basti tenía dificultades para relacionarse con los demás niños de su edad. Muchas veces se sentía solo y triste por no poder compartir sus intereses con nadie.
Un día, mientras caminaba por el parque cercano a su casa, Basti escuchó unos sonidos extraños que provenían de un árbol. Al acercarse descubrió que había un pájaro atrapado entre las ramas. Con mucho cuidado lo liberó y lo sostuvo en sus manos hasta que recuperó sus fuerzas y voló lejos.
"¡Eres increíble!"- dijo una voz detrás suyo. Basti se dio vuelta y vio a un anciano sonriéndole. "¿Por qué dices eso?"- preguntó Basti curioso. "Porque tienes algo especial dentro tuyo"- respondió el anciano-.
"Algo que te hace diferente a los demás". Basti quedó pensativo durante todo el camino de regreso a casa. ¿Qué sería ese algo especial? ¿Cómo podría saberlo? Los días siguientes comenzaron a pasar cosas extrañas en la vida de Basti.
Un día descubrió que podía leer libros enteros en cuestión de minutos; otro día fue capaz de tocar una canción complicada sin haberla practicado antes; incluso logró correr más rápido que cualquier otro niño del barrio.
Pero también empezaron a aparecer problemas: muchos niños comenzaron a alejarse aún más de él, algunos adultos lo trataban con desconfianza y otros simplemente lo ignoraban. Basti se sentía cada vez más solo y confundido.
"¿Por qué me pasa esto?"- le preguntó a su mamá una noche mientras cenaban. "Tal vez debes hablar con alguien que pueda ayudarte"- respondió ella. Así fue como Basti llegó al consultorio del doctor Juan, un psicólogo infantil muy reconocido en la ciudad.
Al principio estaba nervioso, pero cuando comenzaron a hablar se sintió cómodo y seguro de poder explicarle todo lo que le pasaba. "Basti, escuché tu historia y creo que eres un niño maravilloso"- dijo el doctor Juan-.
"Pero también sé que tus habilidades pueden estar causándote problemas". "Sí, es verdad"- asintió Basti-. "No sé cómo relacionarme con los demás sin sentirme diferente o arrogante". El doctor Juan trabajó con Basti durante varias sesiones para ayudarlo a entender sus emociones y pensamientos.
Le enseñó técnicas para manejar su ansiedad y cómo comunicarse mejor con los demás. Además, le sugirió algunas actividades en las que podría conocer niños con intereses similares.
Al poco tiempo Basti empezó a notar cambios positivos en su vida: hizo nuevos amigos en la orquesta juvenil donde tocaba el violín; encontró un grupo de deportistas que compartían su pasión por el fútbol; incluso se animó a participar en una competencia matemática escolar donde ganó el primer premio.
Pero lo más importante fue descubrir que no necesitaba ser perfecto para ser aceptado por los demás. Que todos tenemos habilidades y limitaciones, y que lo importante es valorarnos a nosotros mismos por quienes somos, no por lo que hacemos.
"Gracias, doctor Juan"- le dijo Basti en su última sesión-. "Ahora sé que soy un niño maravilloso de verdad".
Y así fue como Basti comenzó a vivir una vida más feliz y plena, rodeado de amigos que lo querían tal como era: un niño con talento pero también con muchas ganas de aprender y crecer cada día.
FIN.