Bautista, el pequeño deportista


Había una vez un niño llamado Bautista, que cumplió 8 años y era muy amoroso. Le gustaba ayudar a las personas y siempre estaba dispuesto a tenderles una mano.

Un día, Bautista decidió probar cosas nuevas y se aventuró a escalar una montaña cercana con su padre. A pesar de tener miedo al principio, logró llegar hasta la cima con mucho esfuerzo y dedicación.

Después de esa experiencia, Bautista descubrió su pasión por los deportes extremos como el esquí y el golf. Además, se inspiró en el arquero Dibu para aprender a disparar flechas con precisión.

Con su entusiasmo por los deportes, Bautista hizo muchos amigos en el club de golf local y se divirtió jugando partidos con ellos. Pero pronto descubrió que uno de sus nuevos amigos estaba siendo intimidado por otros niños más grandes. Bautista no dudó en intervenir e intentar detener la situación.

Sin embargo, los chicos mayores lo ignoraron y continuaron molestando al niño más pequeño. Decidido a hacer algo al respecto, Bautista buscó ayuda de sus padres y juntos idearon un plan para enfrentar la situación.

Con valentía, hablaron con los niños mayores y les explicaron cómo sus acciones estaban lastimando a otras personas. Sorprendentemente, los chicos mayores tomaron conciencia de lo que estaban haciendo mal gracias a las palabras sabias del pequeño Bautista.

A partir de ese momento comenzaron a tratar mejor al niño más joven del grupo. Bautista aprendió que aunque pueda ser difícil enfrentarse a situaciones complicadas o a personas malintencionadas, siempre hay una manera de hacer las cosas mejor y ayudar a los demás.

Desde ese día en adelante, Bautista continuó explorando sus pasiones por el deporte y nunca dejó que el miedo lo detuviera. Siempre fue un amigo leal y protector para aquellos que necesitaban ayuda.

Y así, con su amor por la vida y su valentía, Bautista se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los que lo rodeaban.

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