Bautista y la Estación Hexágonos 18
Bautista era un niño curioso y aventurero que un día decidió explorar el subterráneo de Estados Unidos. Después de pasar por varios túneles y estaciones, llegó a un lugar muy peculiar: la estación Hexágonos 18.
Al bajar del tren, se encontró con un paisaje sorprendente: todas las paredes estaban llenas de hexágonos de colores brillantes. -¡Guau, qué genial es esto! -exclamó Bautista asombrado.
Justo en ese momento, un conejo parlante salió de uno de los hexágonos y le dijo: -¡Bienvenido a la Estación Hexágonos 18, el lugar donde los sueños se hacen realidad! Bautista, emocionado, empezó a explorar el lugar y descubrió que cada hexágono representaba un sueño o deseo diferente.
Había hexágonos de aventura, de creatividad, de amistad, de conocimiento y muchos más. El conejo parlante le explicó que podía entrar en cada hexágono para vivir esas experiencias. Bautista decidió empezar por el hexágono de la creatividad. Al entrar, se vio rodeado de colores, pinceles y papel.
Se sentó frente a un lienzo en blanco y dejó volar su imaginación, creando un mundo mágico con sus propias manos. Después de un rato, salió del hexágono sintiéndose lleno de energía y con una obra de arte increíble.
Así, Bautista fue pasando por diferentes hexágonos, viviendo aventuras, aprendiendo cosas nuevas, haciendo amigos y descubriendo sus propias habilidades. Al final del día, el conejo parlante le dijo: -Bautista, has demostrado ser valiente, curioso y, sobre todo, creativo.
Has aprovechado al máximo tu visita a la Estación Hexágonos 18. Ahora que te vas, recuerda que siempre puedes buscar en tu interior para encontrar los sueños y deseos que quieres hacer realidad.
Bautista, con una sonrisa en el rostro, se despidió del conejo y subió al tren de regreso a la superficie, llevándose consigo la magia de la estación en su corazón.
FIN.