Bea y sus Hermana Viajan al Mundo de los Sueños



Era un día soleado cuando Bea y sus hermanas, Lila y Nora, decidieron que era el momento perfecto para una gran aventura. Mientras jugaban en el jardín, Lila dijo:

"¡Chicas! ¿Qué tal si hacemos un viaje a un lugar mágico?"

Nora, entusiasmada con la idea, respondió:

"¡Sí! Pero, ¿dónde vamos?"

Bea, la mayor de las tres, pensó por un momento y sugirió:

"Podríamos ir al Bosque de los Sueños, donde dicen que los árboles hablan y los ríos cantan."

Las tres hermanas se emocionaron y empezaron a planear su viaje. Prepararon una mochila con bocadillos, una linterna y un mapa que Bea había dibujado.

Cuando llegaron al bosque, todo era más hermoso de lo que habían imaginado. Los árboles eran altos y frondosos, y un suave murmullo llenaba el aire. Sin embargo, mientras exploraban, se dieron cuenta de algo extraño: no había rutas marcadas.

"¿Cómo vamos a encontrar el camino, Bea?" preguntó Lila, un poco preocupada.

Bea, tranquila, respondió:

"No se preocupen, chicas. Vamos a seguir nuestro corazón y los sonidos que nos guián. ¡Los árboles deben saber nuestro camino!"

Comenzaron a caminar por el sendero más cercano. Cada vez que se detenían a escuchar, oían susurros de los árboles. De repente, uno de los árboles, el más grande, les habló:

"Bienvenidas, niñas. Son las primeras visitantes en mucho tiempo. Si quieren encontrar el río, deben aprender a escuchar y trabajar juntas."

Las hermanas se miraron, sorprendidas.

"¿Cómo podemos trabajar juntas?" preguntó Nora.

"Esa es la clave. Cada una tiene una habilidad special. Bea, tú puedes liderar; Lila, tú eres buena observando los detalles, y Nora, tienes una gran imaginación. ¡Usen sus talentos!"

Las hermanas decidieron probarlo.

"¿Qué se te ocurre, Bea?" preguntó Lila.

Bea se quedó pensando y sugirió:

"Lila, ¿puedes mirar hacia el suelo para encontrar huellas? Y Nora, ¿puedes pensar en una historia que sigamos mientras caminamos?"

Lila se inclinó y exclamó:

"¡Miren, hay unas marcas de huellas! Parece que van hacia allá."

Nora, emocionada, comenzó a relatar:

"Había una vez tres hermanas que querían encontrar un tesoro escondido en un bosque mágico..."

Mientras avanzaban, las huellas las llevaron a un claro donde un hermoso río brillaba como diamantes.

"¡Lo encontramos!" gritaron al unísono.

El río les dijo:

"Gracias por haber tenido la valentía y trabajar juntas. Aquí hay un tesoro para ustedes."

Las hermanas se acercaron y, para su sorpresa, vieron un pequeño cofre lleno de piedras brillantes.

"Son piedras de la sabiduría. Cada una representa una lección aprendida en su camino," dijo el río.

"La amistad, el trabajo en equipo y la creatividad solas pueden llevarte a lugares maravillosos. Cada vez que miren estas piedras, recuerden su viaje y lo que han aprendido."

Bea, Lila y Nora, felices, se sentaron junto al río a contemplar su tesoro.

"Esto es más valioso que cualquier joya," dijo Bea, sonriendo.

"Sí, porque aprendimos que juntas somos más fuertes," agregó Lila.

"Y que nunca debemos rendirnos," finalizó Nora.

Después de un día lleno de descubrimientos, las hermanas regresaron a casa, sabiendo que su amistad era el verdadero tesoro que siempre las acompañaría.

FIN.

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