Beauty Beyond Skin
Había una vez un dinosaurio llamado Pludo, quien era muy carnívoro y siempre estaba buscando su próxima comida. Sin embargo, Pludo también tenía un problema: se sentía feo y poco aceptado por los demás dinosaurios.
Un día, mientras caminaba por el bosque en busca de algo para comer, Pludo se encontró con Thiago, otro dinosaurio que también se sentía feo. Thiago tenía la piel escamosa y sus colores no eran tan brillantes como los de los demás dinosaurios.
Pludo se acercó a Thiago y le dijo: "Hola, ¿también te sientes feo como yo?"Thiago asintió con la cabeza y respondió: "Sí, todos los demás dinosaurios parecen más bonitos que nosotros".
Pludo pensó por un momento y luego tuvo una idea. "¿Y si nos ayudamos mutuamente a sentirnos mejor?", propuso. Thiago miró a Pludo con curiosidad. "¿Cómo podríamos hacer eso?" preguntó. Pludo sonrió y respondió: "Podemos empezar por cambiar nuestra forma de pensar.
En lugar de enfocarnos en lo que no nos gusta de nosotros mismos, podemos buscar nuestras cualidades positivas". Thiago parecía intrigado por la idea.
Ambos comenzaron a hablar sobre las cosas que les gustaban hacer y descubrieron que tenían muchos talentos ocultos. Resulta que Pludo era muy ágil para cazar presas rápidas y Thiago tenía una voz hermosa cuando cantaba. Decidieron compartir sus habilidades con otros dinosaurios del bosque para mostrarles lo especiales que eran.
Organizaron un espectáculo donde Pludo demostró su velocidad y Thiago cantó una hermosa canción. Los otros dinosaurios quedaron asombrados y comenzaron a aplaudir. Se dieron cuenta de que Pludo y Thiago eran únicos y especiales, independientemente de cómo se vieran.
A partir de ese día, Pludo y Thiago se convirtieron en los mejores amigos. Juntos, inspiraron a otros dinosaurios a aceptarse tal como eran y celebrar sus diferencias. Pludo ya no se sentía feo ni poco aceptado.
Había descubierto que la verdadera belleza radicaba en ser uno mismo y aprovechar al máximo las cualidades únicas que cada uno tenía.
Y así, Pludo y Thiago vivieron felices el resto de sus días, compartiendo su mensaje de amor propio con todos los dinosaurios del bosque. Aprendieron que no importa cómo te veas por fuera, lo importante es cómo te sientes contigo mismo por dentro. Fin.
FIN.