Belén busca a Oso en el bosque



Era un hermoso día de primavera cuando Belén decidió salir a explorar el bosque cercano a su casa. Tenía un amigo muy especial, un oso de peluche llamado Oso, que siempre la acompañaba en sus aventuras. Pero aquel día, mientras jugaba en el jardín, Oso desapareció. Belén, preocupada y decidida a encontrarlo, decidió adentrarse en el bosque en su búsqueda.

"- Oso, ¿dónde estás?" - llamó Belén con voz suave mientras caminaba entre los árboles.

El bosque estaba lleno de sonidos: el canto de los pájaros, el susurro del viento en las hojas y el murmullo de un arroyo cercano. A medida que Belén se adentraba más, se dio cuenta de que el lugar era mágico y lleno de vida.

Mientras caminaba, Belén conoció a una ardilla traviesa que saltaba de rama en rama.

"- ¿Has visto a Oso?" - preguntó Belén con esperanza.

"- No, pero puedo ayudarte a buscarlo" - respondió la ardilla. "Por aquí hay un campo donde a veces se encuentran cosas perdidas. Vamos, te llevaré!"

Juntas, se dirigieron al campo. De repente, se encontraron con una familia de ciervos.

"- Hola, pequeños ciervos!" - saludó Belén. "¿Alguien ha visto a mi amigo Oso?"

"- No lo hemos visto, pero tenemos un amigo que siempre sabe lo que sucede en el bosque, el búho sabio. Puede que él sepa dónde está tu oso!" - dijo uno de los ciervos.

Belén agradeció a los ciervos y siguió el camino hacia el árbol donde vivía el búho. Al llegar, lo vio posado en una rama.

"- Buenas tardes, señor Búho!" - saludó Belén. "Estoy buscando a Oso, mi amigo de peluche. ¿Lo ha visto?"

"- Ah, sí! Vi a un oso cerca del arroyo jugando con unas hojas. Tal vez se divirtió tanto que se olvidó de volver" - contestó el búho con un guiño.

"- ¡Gracias, señor Búho!" - dijo Belén llena de energía. Se despidió de él y corrió hacia el arroyo. Al llegar, vio a Oso, su amigo, nadando entre las hojas que flotaban.

"- Oso!" - gritó con alegría, corriendo hacia él. Oso, al escucharla, subió rápidamente a la orilla.

"- ¡Belén! Te estaba esperando!" - dijo Oso, con una gran sonrisa.

Belén abrazó fuertemente a su peluche, aliviada de haberlo encontrado. Estaba tan emocionada que no notó que, a su alrededor, todos los animales del bosque los miraban con sonrisas.

"- No solo encontraste a Oso, sino también hiciste nuevos amigos" - comentó la ardilla.

"- Sí, y aprendí que en el bosque hay mucha más magia de la que imaginaba" - reflexionó Belén.

Desde aquel día, Belén y Oso regresaron al bosque cada semana, no solo para jugar, sino también para visitar a sus amigos los animales, que siempre estaban ahí para ayudarles. Aprendieron juntos sobre la importancia de no rendirse y cómo la amistad puede hacer cualquier aventura aún más especial.

Y así, Belén y Oso vivieron muchas aventuras más, siempre dispuestos a explorar y descubrir los secretos del bosque, sabiendo que, aunque a veces se pueden perder, lo importante es no rendirse y pedir ayuda cuando la necesitamos.

FIN.

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