Belén, la hada de la magia interior
Había una vez en el bosque encantado de Pétalo Azul, un grupo de hadas que vivían felices y llenas de magia.
Entre ellas se encontraba Belén, una pequeña hada con un gran corazón y muchas ganas de explorar el mundo. Sin embargo, había algo diferente en Belén. A diferencia de las demás hadas, ella no podía ver ni volar como lo hacían todas sus amigas.
Desde su nacimiento, Belén tenía una discapacidad visual que le impedía disfrutar plenamente del hermoso entorno que la rodeaba. Belén sentía mucha tristeza por no poder ver los colores brillantes de las flores ni la majestuosidad del sol iluminando el cielo.
Además, se sentía diferente al no poder volar libremente como las otras hadas. Pero a pesar de todo eso, nunca dejó que su discapacidad definiera quién era.
Un día, mientras caminaba por el bosque buscando respuestas sobre su condición, se encontró con Tito, un viejo búho sabio que conocía todos los secretos del bosque. "Hola Tito", saludó Belén con alegría. "Hola pequeña hada", respondió el búho con voz grave. "Estoy buscando respuestas sobre mi discapacidad visual.
¿Puedes ayudarme?"Tito sonrió comprensivamente y le dijo: "Claro que sí, querida Belén. Permíteme explicarte. "El sabio búho le contó a Belén acerca de la clasificación de las discapacidades visuales y cómo estas pueden variar en gravedad y condiciones específicas.
Le habló de la ceguera total, la baja visión y las diferentes causas que pueden llevar a una persona a tener dificultades para ver. Belén escuchaba atentamente cada palabra de Tito, absorbiendo todo el conocimiento que le brindaba.
A medida que aprendía más sobre su discapacidad, comenzó a comprender que no estaba sola en su lucha. "Tito, ¿crees que algún día podré volar como las otras hadas?", preguntó Belén con tristeza.
El búho reflexionó durante un momento y luego respondió: "Belén, aunque no puedas volar físicamente como ellas, tienes una belleza interior y una magia única. No permitas que tu discapacidad te impida ser feliz y realizar tus sueños".
Inspirada por las palabras del sabio búho, Belén decidió aceptar su discapacidad visual y encontrar formas creativas de explorar el mundo. Aprendió a reconocer los sonidos del bosque y disfrutaba de las melodías cantadas por los pájaros. También descubrió cómo usar sus otros sentidos para experimentar la belleza de su entorno.
Un día, mientras caminaba cerca del río cristalino, Belén escuchó un sonido peculiar proveniente del agua. Se acercó curiosa y encontró a un pequeño sapo atrapado entre unas ramas flotantes. Con mucho cuidado, Belén liberó al sapo y lo llevó hasta la orilla.
El sapo estaba tan agradecido que le concedió un deseo especial: el don de poder comunicarse con todos los animales del bosque. A partir de ese momento, Belén pudo conocer historias increíbles contadas por los animales.
Aprendió sobre la importancia de la amistad, el cuidado del medio ambiente y cómo cada ser vivo tiene una voz que debe ser escuchada. Belén se convirtió en un hada muy querida en el bosque encantado de Pétalo Azul.
Aunque no podía ver ni volar como las demás hadas, su espíritu valiente y su amor por la vida inspiraban a todos a su alrededor.
Y así, Belén demostró que no hay obstáculo demasiado grande cuando se tiene determinación y fe en uno mismo. Su discapacidad visual no le impidió encontrar su propósito y vivir una vida llena de magia y felicidad. Fin.
FIN.