Belén y sus dones mágicos



Había una vez un reino mágico llamado Encantia, donde vivían hadas y seres fantásticos de todo tipo. En ese reino, había un hada llamada Belén que era muy especial.

A diferencia de las demás hadas, ella no podía ver ni volar como lo hacían sus amigas. Belén siempre se sentía triste por su discapacidad visual, ya que no podía admirar los hermosos colores del arcoíris o disfrutar de la belleza de las flores en el jardín encantado.

Pero a pesar de esto, tenía un corazón lleno de alegría y ganas de aprender.

Un día, mientras caminaba por el bosque encantado con su bastón blanco para guiarse, escuchó una voz suave y dulce que la llamaba desde lo alto de un árbol. "¡Hola Belén! Soy Luna, el hada guardiana del conocimiento. He oído hablar sobre tu deseo de aprender más sobre la discapacidad visual. ¿Te gustaría que te enseñe?"Belén estaba emocionada y asintió con entusiasmo.

"¡Sí, por favor! Me encantaría aprender más sobre mi discapacidad. "Luna descendió del árbol y comenzó a explicarle a Belén acerca de los diferentes tipos de discapacidad visual.

Le dijo que existen dos clasificaciones principales: la ceguera total y la baja visión. La ceguera total es cuando una persona no puede ver absolutamente nada. No pueden distinguir luces ni sombras ni formas.

Por otro lado, la baja visión es cuando alguien tiene dificultades para ver con claridad pero aún puede percibir objetos y colores. Belén se sintió triste al escuchar sobre la ceguera total, pero Luna le aseguró que existen muchas formas de adaptarse a la vida sin vista.

Le habló sobre el sistema Braille, que permite leer y escribir a través del tacto. También le mencionó los perros guía, que ayudan a las personas ciegas a moverse con seguridad. "¡Wow! Eso es increíble", exclamó Belén emocionada.

"¿Y qué hay de la baja visión?"Luna explicó que las personas con baja visión pueden utilizar ayudas visuales como lentes especiales o lupas para mejorar su capacidad visual. También les enseñan técnicas y estrategias para hacer frente a los desafíos diarios.

Belén estaba fascinada por todo lo que estaba aprendiendo. A medida que avanzaba en su conocimiento, comenzaba a sentirse más segura de sí misma y menos limitada por su discapacidad visual.

Un día, mientras exploraba el jardín encantado junto a sus amigas hadas, Belén encontró un pequeño pajarito herido en el suelo. Sin dudarlo, ella lo tomó entre sus manos con cuidado y lo llevó al árbol donde vivía Luna. "Luna, ¿puedes curar al pajarito?", preguntó Belén preocupada.

Luna sonrió y asintió. "Claro que puedo. " Usando su magia curativa, Luna sanó las alas del pajarito y este volvió a volar felizmente hacia el cielo. Belén observaba maravillada cómo el pajarito volaba libremente gracias a sus alas recuperadas.

En ese momento, se dio cuenta de que aunque ella no pudiera volar como las demás hadas, tenía la capacidad de ayudar y hacer una diferencia en el mundo. Desde ese día, Belén se convirtió en el hada sanadora del reino.

Utilizaba su intuición y sus otros sentidos para cuidar a los animales heridos y a las plantas enfermas. Aprendió a confiar en sí misma y a encontrar su propia forma de volar sin alas.

Belén demostró que la discapacidad visual no es un obstáculo insuperable. Con dedicación, apoyo y amor propio, todos podemos superar nuestras limitaciones y encontrar nuestra verdadera magia interior.

Y así, Belén el hada que no podía ver ni volar se convirtió en un ejemplo inspirador para todos en Encantia, recordándoles que cada uno tiene algo especial dentro de sí mismo, sin importar sus diferencias o limitaciones físicas.

FIN.

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