Bella y el valiente vuelo
Había una vez una familia de abejas que vivía afuera de un salón de clases. Eran abejas muy trabajadoras y felices, pero también tenían miedo de los niños.
Cada vez que escuchaban el bullicio y las risas provenientes del interior del salón, se escondían en su colmena. Un día, mientras las abejas estaban recolectando néctar para hacer miel, un niño travieso se acercó a la colmena y les lanzó una piedra.
Una de las abejitas llamada Bella resultó herida y cayó al suelo. Las demás abejas se preocuparon mucho por Bella y trataron de ayudarla. La llevaron rápidamente dentro de la colmena y buscaron a la abeja más sabia del lugar, el viejo Abejorro Sabio.
Abejorro Sabio examinó cuidadosamente a Bella y dijo: "Bella ha sufrido un golpe muy fuerte en sus alas. Necesitará descansar durante algún tiempo para poder sanar". Todas las abejas estaban tristes por lo que le había pasado a Bella.
Querían ayudarla a sentirse mejor, así que decidieron hacer algo especial para animarla. Se reunieron en secreto y comenzaron a trabajar juntas.
Algunas iban al jardín cercano en busca de flores coloridas, mientras otras recogían pétalos delicados para hacer una cama cómoda para Bella. Cuando todo estuvo listo, llevaron a Bella hasta su nueva cama llena de pétalos perfumados. Las demás abejas bailaron alrededor de ella, cantando suavemente para reconfortarla.
Pasaron los días y Bella se fue recuperando poco a poco. Las abejas la cuidaban con mucho amor y le llevaban néctar para que pudiera alimentarse. También le contaban historias sobre sus aventuras en el jardín y las cosas maravillosas que habían descubierto.
Bella se sentía muy agradecida por todo el apoyo que había recibido de su familia de abejas. Una vez recuperada, decidió hacer algo especial para demostrarles su gratitud. Una mañana soleada, Bella volvió al salón de clases donde había ocurrido el accidente.
Se acercó a la ventana y vio a los niños jugando afuera. Aunque aún sentía un poco de miedo, recordó lo importante que era superar sus temores.
Decidió volar cerca de los niños sin hacerles daño, solo para mostrarles que las abejas no eran peligrosas si no se les molestaba. Los niños quedaron asombrados al verla revolotear cerca de ellos y comenzaron a sonreír.
Desde ese día en adelante, Bella se convirtió en una abejita valiente y decidida. Ayudaba a las demás abejas a superar sus miedos y siempre estaba dispuesta a explorar nuevos lugares sin temor.
La familia de abejas aprendió una gran lección gracias al accidente de Bella: nunca debemos dejar que nuestros miedos nos impidan vivir nuestra vida plenamente. Y aunque los obstáculos pueden ser difíciles, siempre podemos encontrar fuerza dentro de nosotros mismos y en aquellos que nos rodean para superarlos.
Y así, la familia de abejas vivió felizmente junto al salón de clases, compartiendo su dulce miel con los niños y enseñándoles el valor de enfrentar nuestros miedos.
FIN.