Bella y la rosa mágica



Bella y su padre vivían en una pequeña casa en el bosque. Un día, su padre tuvo que partir urgentemente debido a la noticia de que su barco se había hundido. Antes de irse, le preguntó a Bella qué regalo deseaba que le trajera a su regreso, a lo que ella respondió: "Padre, solo tráeme una rosa".

Pasaron los días y su padre no regresaba. Bella, preocupada, decidió aventurarse en el bosque en busca de su padre. Después de mucho caminar, llegó a un hermoso jardín repleto de rosas. Sin embargo, al tomar una, apareció una misteriosa criatura, mitad hombre y mitad bestia, quien le advirtió que el jardín era suyo y que tomar una rosa tenía un alto precio.

La criatura le propuso un trato a Bella: a cambio de dejarla llevarse una rosa, ella tendría que vivir con él para siempre en su castillo. Bella, valiente y decidida, aceptó el trato para salvar a su padre. A medida que pasaban los días, la bestia mostraba su lado amable y gentil, sorprendiendo a Bella. A su vez, Bella ablandó el corazón de la bestia con su bondad.

Una noche, Bella tuvo un sueño en el que se le apareció una hermosa hada que le dijo que la verdadera belleza está en el interior, y que el amor y la bondad puede transformar incluso a la criatura más temible. Al despertar, Bella entendió el verdadero significado del amor y la belleza.

Con el tiempo, la bestia se transformó en un apuesto príncipe y el castillo en un lugar lleno de luz y color. Bella y el príncipe vivieron felices para siempre, recordando siempre que la auténtica belleza radica en el corazón.

Finalmente, el padre de Bella regresó sano y salvo, y juntos celebraron la valentía y la bondad de Bella, aprendiendo que los verdaderos tesoros de la vida no se encuentran en los objetos materiales, sino en el amor y la compasión que compartimos con los demás.

FIN.

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