Belleza y el Bosque Encantado

Había una vez en un lejano reino, una niña llamada Belleza. Era conocida por su gran corazón y su amor por la naturaleza.

Desde pequeña, Belleza pasaba horas explorando el bosque y cuidando de los animales que vivían a su alrededor. Un día, mientras paseaba por el bosque, Belleza se encontró con un hada madrina que estaba en apuros. El hada había perdido su varita mágica y no podía volver a su hogar sin ella.

Belleza, siempre dispuesta a ayudar a los demás, se ofreció a buscar la varita mágica. "No te preocupes hada madrina, encontraré tu varita mágica", dijo Belleza con determinación.

La niña se adentró en lo más profundo del bosque, siguiendo pistas y superando obstáculos hasta llegar a una cueva oscura donde creía que podría estar la varita perdida. Con valentía, Belleza entró en la cueva y después de mucho buscar finalmente encontró la varita mágica del hada.

"¡Lo logré! Aquí está tu varita mágica", exclamó Belleza emocionada al salir de la cueva. El hada madrina, muy agradecida, decidió concederle un deseo a Belleza como recompensa por su valentía y generosidad.

La niña pensó por un momento y luego dijo:"Quisiera que todos los árboles del bosque fueran felices y saludables". El hada agitó su varita mágica y en ese instante todo el bosque cobró vida de una manera maravillosa.

Los árboles brillaban con colores vibrantes y las flores emanaban fragancias dulces que llenaban el aire. Desde ese día, el bosque prosperó gracias al deseo de Belleza. Los animales correteaban felices entre los árboles frondosos y las aves cantaban melodías alegres desde las ramas más altas.

Belleza se convirtió en la heroína del reino, amada por todos por su bondad y valentía. Aprendió que incluso las acciones más pequeñas pueden tener un impacto positivo en el mundo que nos rodea.

Y así, cada vez que alguien necesitaba ayuda o consuelo en el reino, acudían a Belleza sabiendo que siempre podían confiar en ella para hacer lo correcto.

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda: nunca subestimes el poder de un corazón noble como el de nuestra querida Bella.