Ben y el Nuevo Hermano



Era una mañana soleada en la casa de Ben. El pequeño de cinco años estaba en el jardín, jugando con sus bloques de construcción. De repente, su mamá lo llamó desde la cocina.

"¡Ben! Ven un momento, por favor."

Ben dejó sus bloques y corrió hacia ella, con curiosidad. Al entrar a la cocina, vio a su madre con una sonrisa brillante, pero había algo diferente en ella. Su pancita estaba más grande.

"Mamá, ¿qué te pasa?"

"Ben, tengo una gran noticia. ¡Vas a tener un hermanito!"

Ben se quedó paralizado. Las palabras danzaron en su cabeza. "Un hermanito". Por un lado, parecía emocionante, pero por otro, algo en su corazón le hacía sentir un poco de miedo.

"¿Un hermanito? Pero, ¿y si no me quiere? ¿Y si no juega conmigo?"

La mamá se agachó y le acarició el cabello.

"Ben, tu hermanito va a crecer y va a ser tu compañero de aventuras. ¡Juntos podrán jugar, aprender y explorar!"

Pero Ben seguía preocupado. "¿Y si él ocupa todo tu tiempo? Yo quiero seguir jugando contigo."

"Siempre tendrás un lugar especial en mi corazón, Ben. A los hermanos se los quiere de manera diferente, y el amor no se acaba, se multiplica."

Unas semanas pasaron, y la barriguita de mamá seguía creciendo. Ben decidió investigar sobre los bebés. Llevó a casa un libro de la biblioteca, lleno de fotos y cuentos de hermanos.

Mientras leía, vi imágenes de hermanos riendo y jugando. Pero también vio trucos traviesos, como cuando un hermano se roba el juguete del otro.

"Mamá, esto no se ve tan divertido. ¿Y si mi hermanito es un ladrón de juguetes?"

La mamá le sonrió y explicó:

"A veces los hermanos pueden pelear, pero también pueden resolver esas peleas juntos. Te enseñaré a compartir y a ser un buen hermano."

Ben se quedó pensando, pero la idea de tener un compañero de juegos seguía atrapando su imaginación. Entonces, un día, su mamá lo llevó a comprar cosas para el nuevo bebé. Ben eligió un peluche gigante y brillante, que decidió que sería el mejor amigo de su hermanito.

Mientras caminaban por la tienda, se encontró con otro niño que también iba a ser hermano mayor.

"Hola, ¿vos también vas a tener un hermano?" preguntó Ben, con su siempre sincera curiosidad.

"Sí, pero al principio no me gustaba la idea. Pensé que mi mamá me olvidaría. Pero luego, aprendí que tengo un nuevo amigo que siempre estará conmigo. A veces hay que compartir, pero también hay más risas."

Ben sonrió.

"¿De verdad? ¿Es divertido?"

"Sí, a veces no es fácil, pero es como tener un compañero de aventuras. Yo lo cuido y él me hace reír."

Ben se sintió un poco mejor. Finalmente, llegó el gran día. Cuando su hermanito llegó al mundo, Ben miró al pequeño bebé con asombro. Su corazón latía rápido al verlo tan pequeño y frágil.

"Hola, bebé. Soy tu hermano Ben. Vamos a ser los mejores amigos."

Con cada día que pasaba, Ben comenzó a entender que ser hermano mayor era una gran responsabilidad. Aprendió a cambiar pañales, a calmar llantos y a jugar con su hermano. Y aunque había momentos en los que quería que el bebé se fuera a dormir para tener a su mamá solo para él, muchas veces sonreía cuando veía a su hermanito sonreír y reír.

Ben se dio cuenta de que el amor se multiplica, y que su corazón creció tanto que ya no había lugar para los miedos que había sentido antes. Al final, la idea de tener un hermano era mucho más emocionante de lo que había imaginado. Juntos, fueron dos aventureros listos para conquistar el mundo.

Y así, Ben aprendió que tener un hermano no solo significaba compartir juguetes, sino también compartir amor, risas y aventuras.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!