Benito, el osito amigable


Había una vez en el bosque encantado de Villa Osa, un osito muy pequeño y tierno llamado Benito. A pesar de ser adorable, Benito tenía un problema: no le gustaba estar solo.

Siempre buscaba compañía para jugar y divertirse, pero sus malas actitudes espantaban a los demás animales del bosque. Un día, Benito decidió invitar a sus amigos conejitos a jugar a las escondidas.

Pero al perder varias veces, se enojó tanto que empezó a gritar y romper ramitas de los árboles. Los conejitos asustados salieron corriendo y prometieron no volver a jugar con él. Benito se sintió muy triste al darse cuenta de que nadie quería estar cerca suyo por su mal genio.

Decidió entonces ir en busca del sabio búho del bosque, don Óscar, quien siempre tenía buenos consejos para todos los habitantes de Villa Osa.

Al encontrar al búho posado en una rama alta, Benito le contó entre sollozos lo que le ocurría. Don Óscar lo escuchó atentamente y le dijo con voz sabia: "Benito, para tener amigos primero debes aprender a controlar tu temperamento. La paciencia y la amabilidad son cualidades que todos valoramos en un amigo.

"Benito reflexionó sobre las palabras del búho y decidió cambiar su actitud. Comenzó a disculparse con cada uno de sus amigos por sus malas acciones y les demostró que podía ser amable y divertido cuando se lo proponía.

Poco a poco, los animales del bosque comenzaron a darle una segunda oportunidad a Benito. Descubrieron que era un osito cariñoso y divertido cuando dejaba de lado su mal genio.

Pronto volvieron las risas y juegos al bosque encantado de Villa Osa, donde todos aprendieron la importancia de perdonar y dar segundas oportunidades.

Una tarde soleada, mientras jugaban todos juntos en el claro del bosque, los amigos de Benito le dijeron: "¡Estamos felices de tenerte como amigo! Eres el osito más especial del bosque. " Benito sonrió con alegría al sentirse querido y comprendió que la verdadera amistad nace cuando uno muestra lo mejor de sí mismo.

Desde ese día, Benito se convirtió en el líder indiscutido de las aventuras en Villa Osa gracias a su bondad y generosidad hacia los demás animales del bosque.

Y así vivieron felices por siempre compartiendo risas, juegos y hermosos momentos juntos bajo la protección del gran árbol centenario donde habían forjado fuertes lazos de amistad. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda ¡la verdadera magia está en ser amable con el corazón!

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