Benito y las verduras mágicas
Había una vez en el bosque de Villa Oso, un osito llamado Benito.
Benito era muy travieso y juguetón, pero tenía un gran problema: ¡no le gustaba para nada comer verduras! Su mamá oso siempre le decía que las verduras eran muy importantes para crecer fuerte y saludable, pero él solo quería comer miel y pescado.
Un día, mientras jugaba con sus amigos en el río, Benito escuchó a lo lejos la voz de su mamá oso llamándolo para cenar. Frunció el ceño al pensar en las temidas verduras que seguramente había preparado. Con pasos lentos y desganados, se dirigió a su madriguera donde lo esperaba un plato lleno de brócoli, zanahorias y espinacas.
"¡Ay mamá, no quiero comer estas cosas verdes! ¡Solo quiero miel y pescado!", se quejó Benito haciendo puchero. "Benito, ya te he dicho mil veces que las verduras son muy importantes.
Te ayudarán a tener energía para jugar todo el día", respondió su mamá con ternura. Pero Benito no quería escuchar razones. Cruzó los brazos y comenzó a hacer berrinches.
Sin embargo, algo inesperado sucedió esa noche: una tormenta se desató sobre el bosque y todos los animales tuvieron que refugiarse en sus madrigueras. La lluvia no paraba de caer y pronto la madriguera de Benito comenzó a inundarse. El agua entraba rápidamente por todos lados y él estaba asustado.
Fue entonces cuando recordó las palabras de su mamá oso sobre la importancia de estar fuerte y saludable para enfrentar cualquier situación. "Mamá, ¿qué puedo hacer? ¡Tengo miedo!", gritó Benito entre sollozos. "Tranquilo hijo, tienes que ser valiente.
Come tus verduras para recuperar fuerzas", le dijo su mamá extendiéndole el plato con las verduras. Con lágrimas en los ojos pero decidido a seguir el consejo de su madre, Benito probó tímidamente un trozo de brócoli.
Para su sorpresa, ¡le gustó! Luego probó las zanahorias y finalmente las espinacas. Descubrió que las verduras no eran tan malas como pensaba e incluso le daban energía.
Con nuevas fuerzas gracias a las verduras, Benito ayudó a tapar los agujeros de la madriguera con hojas secas y troncos para detener la inundación. Poco a poco la tormenta amainó y al salir afuera junto a su mamá oso pudo ver un hermoso arcoíris en el cielo.
"Gracias mamá por enseñarme lo importante que son las verduras", dijo Benito abrazando cariñosamente a su madre. Desde ese día en adelante, Benito se convirtió en un osito más valiente y dispuesto a probar nuevas cosas gracias al poder nutritivo de las verduras.
Y aunque seguía disfrutando de la miel y el pescado ocasionalmente, nunca más volvió a poner excusas para comer sus vegetales.
FIN.