Benitos Big Heart



Había una vez un pequeño oso llamado Benito, que era muy especial.

A diferencia de los demás ositos, él tenía el cuerpo cubierto de pelaje marrón y grande como el de un oso adulto, pero su tamaño era el de un bebé. Todos en el bosque se quedaban asombrados al verlo. Un día, la mamá osa decidió llevar a Benito a visitar a sus amigos del bosque para que pudiera jugar y hacer nuevos amigos.

Al llegar al claro donde se reunían todos los animales, Benito vio a un grupo de lobos jugando entre ellos. Benito se acercó tímidamente y uno de los lobitos le preguntó: "¿Qué te trae por aquí, pequeño osete?".

Benito respondió: "Hola, soy Benito y estoy buscando amigos con quienes jugar". Los lobitos sonrieron y lo invitaron a unirse a su juego. Mientras jugaban, Benito notó algo curioso: tenía mucha más energía que los demás cachorros.

Saltaba más alto y corría más rápido que ninguno. Los lobitos le preguntaron cómo podía ser tan fuerte.

Benito les contó que su mamá le daba leche tanto de lobo como de vaca para alimentarlo porque no había suficiente leche de osa para él solo. Los lobitos quedaron sorprendidos y decidieron ayudarlo. Juntos fueron hasta la granja cercana donde vivían las vacas amigas del bosque. Le pidieron ayuda a Margarita, una vaca sabia y cariñosa.

"Margarita" , dijo uno de los lobitos mientras se acercaba timidamente,"tenemos un amigo llamado Benito que necesita leche de vaca para crecer fuerte y sano". Margarita sonrió y les dijo: "¡Claro que sí! Estoy feliz de ayudar a Benito. Los animales debemos apoyarnos entre nosotros".

Desde ese día, Margarita compartió su leche con Benito, quien se sintió aún más energizado y feliz. Su cuerpo comenzó a crecer rápidamente, pero sin perder su dulce personalidad de oso bebé.

Con el tiempo, Benito se convirtió en uno de los osos más grandes y fuertes del bosque. Pero nunca olvidó la amabilidad y generosidad de sus amigos lobitos y la vaca Margarita.

Benito no solo aprendió sobre la importancia de la amistad, sino también sobre cómo el apoyo mutuo puede ayudarnos a superar cualquier desafío. Y así, cada vez que alguien necesitaba ayuda en el bosque, Benito estaba allí para tender una pata o compartir su sabiduría adquirida.

Se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los animales del bosque. La historia de Benito nos enseña que no importa cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar formas de ayudarnos mutuamente. Y cuando lo hacemos, nuestro mundo se llena de amor y amistad verdadera. Fin

FIN.

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