Benja, el defensor de los superpoderes



Había una vez un niño llamado Benja. Era un chico normal, pero tenía algo que lo hacía diferente a los demás: tenía superpoderes. Podía volar, tener súper fuerza y hasta podía crear cosas con su mente.

Un día, mientras volaba por la ciudad, vio que había un edificio en llamas y gente atrapada adentro. Sin pensarlo dos veces, Benja se acercó al edificio y comenzó a sacar a las personas de allí.

- ¡Vamos! ¡Síganme! -gritaba Benja mientras los llevaba en brazos hacia un lugar seguro. La gente estaba asombrada por lo que este niño estaba haciendo. Pero para Benja era algo natural: él quería ayudar a la gente.

Después de ese incidente, las noticias empezaron a hablar sobre el "niño con superpoderes" que salvó a varias personas del incendio. La ciudad entera estaba hablando de él y muchos querían conocerlo. Pero no todos eran admiradores de Benja.

Había alguien que estaba celoso de sus poderes y quería quitárselos para sí mismo. Se trataba del villano Malvado Max. Max también tenía superpoderes, pero los usaba para hacer el mal.

Quería ser el único con ese tipo de habilidades en la ciudad y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para conseguirlo. Una tarde, cuando Benja volvía del colegio caminando por la calle, Malvado Max apareció frente a él. - Hola pequeñín...

Veo que tienes unos podercitos interesantes ahí -dijo Max mientras mostraba su sonrisa malvada-. Creo que me los podrías prestar un rato, ¿no? - ¡No! -respondió Benja decidido-. Mis poderes son para ayudar a la gente, no para hacer el mal.

Max se enfureció y comenzó a atacar a Benja con sus propios poderes. Pero el niño no se dejó vencer tan fácilmente. Usando su súper fuerza y velocidad, logró esquivar los ataques de Max y devolverlos hacia él.

Finalmente, después de una intensa batalla entre ambos, Benja logró derrotar al villano y salvar el día una vez más. Desde ese día en adelante, Benja siguió usando sus superpoderes para ayudar a las personas necesitadas en la ciudad.

La gente lo admiraba por su valentía y generosidad. Y aunque nunca sabemos qué desafíos nos esperan en la vida, siempre podemos mirarnos al espejo e intentar ser como Benja: un héroe que usa sus dones para hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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