Benjamin y el huerto mágico
Había una vez un niño llamado Benjamin que no quería comer su comida. Cada vez que su mamá le presentaba el plato, él hacía una mueca y decía: "No me gusta".
Su mamá estaba muy preocupada porque sabía que la comida es importante para crecer fuerte y saludable. Entonces decidió hablar con él. "Benjamin, ¿por qué no quieres comer tu comida?" preguntó ella. "No sé, simplemente no me gusta", respondió Benjamin encogiéndose de hombros.
La mamá de Benjamin se puso a pensar en cómo podía solucionar este problema y se le ocurrió una idea brillante. Decidió llevarlo a un huerto cercano para enseñarle sobre los diferentes tipos de alimentos que existen y cómo se cultivan.
Cuando llegaron al huerto, la mamá de Benjamin lo llevó por los distintos cultivos, mostrándole las zanahorias, las papas, los tomates y muchas otras verduras y frutas frescas. "¿Ves todo esto?", dijo la mamá de Benjamin señalando el huerto.
"Todo esto es lo que comemos para estar sanos y fuertes". Benjamin comenzó a sentir curiosidad por las plantas del huerto e incluso probó algunas frutas recién cortadas.
De repente, se dio cuenta de algo importante: todas estas cosas eran deliciosas. "Mamá, ¿puedo ayudarte en el huerto?", preguntó emocionado Benjamin. La mamá de Benjamin sonrió felizmente mientras abrazaba a su hijo. "¡Por supuesto! Me encantaría tener un ayudante como tú.
"A partir de ese día, cada vez que la mamá de Benjamin le presentaba la comida, él recordaba todas las cosas del huerto que había probado y se daba cuenta de que la comida era deliciosa.
Empezó a comer todo lo que su mamá le preparaba y pronto se dio cuenta de que tenía más energía para jugar y disfrutar con sus amigos. La moraleja de esta historia es que probar cosas nuevas puede ser emocionante y gratificante.
Nunca sabes lo que te estás perdiendo si no pruebas algo nuevo. Además, comer bien es importante para tu salud y felicidad en general.
FIN.