Benjamíns Kindness



Había una vez una familia muy especial que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. En esa familia, todos eran muy activos y ruidosos, excepto el bebé llamado Benjamín.

Benjamín era el más chiquito de la familia, pero también era el más tranquilo. Desde que nació, Benjamín siempre estaba sonriendo y observando todo a su alrededor con sus grandes ojos curiosos.

A diferencia de sus hermanos mayores, quienes corrían y gritaban por toda la casa, él prefería quedarse sentado en su sillita y jugar con sus juguetes de colores. Un día, los padres de Benjamín decidieron llevar a toda la familia a pasar un fin de semana en una granja cercana al pueblo.

Los hermanos mayores estaban emocionados por todas las aventuras que les esperaban: montar a caballo, alimentar a los animales y correr por los amplios campos verdes.

Cuando llegaron a la granja, los hermanos mayores salieron corriendo para explorar mientras Benjamín se quedaba cerca de sus padres. Mientras ellos disfrutaban del bullicio y las risas de sus hermanos mayores, él encontró un pajarito abandonado en el suelo. Benjamín se acercó cuidadosamente al pajarito y lo recogió con mucho cuidado.

El pajarito parecía asustado y triste. El bebé lo abrazó suavemente contra su pecho para darle calor y comenzó a cantarle una canción dulce. "No te preocupes, pequeño pajarito", le dijo Benjamín con ternura. "Yo estaré aquí contigo".

El pajarito parecía comprender las palabras de Benjamín y se quedó quieto en sus manos. Mientras tanto, los hermanos mayores estaban tan ocupados jugando que no se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo.

Después de un rato, el pajarito comenzó a moverse y aletear con fuerza. Benjamín entendió que era hora de dejarlo ir. Con mucho cuidado, abrió sus manos y el pajarito voló hacia el cielo. Benjamín sonrió mientras veía al pajarito alejarse.

Sabía que había hecho algo bueno ayudándolo y eso le llenaba el corazón de alegría. Cuando los hermanos mayores finalmente notaron lo ocurrido, se acercaron corriendo a Benjamín para felicitarlo por su valentía y ternura.

Comprendieron que ser tranquilo y amable también era una cualidad admirable. A partir de ese día, la familia aprendió a valorar la tranquilidad de Benjamín y a entender que cada uno tenía su propia forma especial de ser.

Aprendieron a escucharlo cuando él quería compartir algo importante o simplemente disfrutar del silencio juntos. Y así fue como Benjamín demostró al mundo que no importa cuán chiquitos seamos, siempre podemos hacer grandes cosas con nuestro corazón bondadoso.

Desde aquel día en adelante, todos aprendieron la importancia de ser buenos unos con otros y apreciar las cualidades únicas que cada miembro de la familia tenía para ofrecer. Y colorín colorado, esta historia ha terminado pero el amor en esta familia continúa creciendo más y más cada día.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!