Benji y la defensa del bosque



Había una vez, en el hermoso bosque de la Patagonia, una familia de ardillas muy feliz. Papá Ardilla y Mamá Ardilla vivían junto a sus tres adorables bebés: Lila, Maxi y Tomi.

Todos los días se levantaban temprano para explorar el bosque, saltando de árbol en árbol y recolectando nueces deliciosas. Un día soleado, mientras jugaban cerca del río, escucharon un ruido extraño proveniente de un arbusto cercano.

Se acercaron con curiosidad y descubrieron a un pequeño conejito llamado Benji que estaba atrapado enredado en unas ramas espinosas. "¡Ayuda! ¡Por favor, ayúdenme!", gritó Benji asustado. La familia Ardilla no dudó ni un segundo en ayudarlo.

Papá Ardilla trepó rápidamente al arbusto y cortó las ramas con sus afilados dientes para liberar a Benji. "¡Muchas gracias por salvarme! Soy Benji, el conejito", dijo emocionado. "¡De nada! Nos alegra poder ayudarte", respondió amablemente Mamá Ardilla.

Benji les contó que se había perdido mientras buscaba comida para su familia. Los bebés ardillas sintieron mucha empatía por él y decidieron llevarlo a su hogar para que pudiera reencontrarse con su mamá y papá. Cuando llegaron al nido de los Ardillas, todos estaban emocionados por conocer al nuevo amigo.

Lila le preparó una cama cómoda con hojas secas mientras Maxi buscaba bayas maduras para compartir con él.

Tomi, el más pequeño de los hermanos, se acurrucó junto a Benji y le contó historias divertidas sobre las aventuras en el bosque. Los días pasaron y Benji se convirtió en un miembro más de la familia Ardilla. Juntos, exploraban el bosque, jugaban al escondite y aprendían nuevas habilidades.

Un día, mientras saltaban por los árboles, escucharon un fuerte ruido proveniente del otro lado del bosque. Al acercarse cautelosamente, descubrieron que había un grupo de humanos talando árboles sin preocuparse por el daño que estaban causando al ecosistema.

La familia Ardilla sabía que debían hacer algo para proteger su hogar y a todos sus amigos animales. Se reunieron con Benji y juntos planearon una estrategia para detener la tala indiscriminada de árboles. Lila propuso escribir cartas a las autoridades locales explicando la importancia de preservar el bosque.

Maxi sugirió organizar una protesta pacífica junto a otros animales del lugar. Tomi decidió recolectar semillas de diferentes especies de árboles para plantarlos en áreas afectadas por la deforestación.

Con determinación y trabajo en equipo, lograron generar conciencia entre los habitantes del pueblo cercano sobre la importancia de cuidar el bosque. Los humanos comenzaron a tomar medidas para protegerlo y asegurar su conservación para futuras generaciones.

La familia Ardilla se sentía orgullosa de haber hecho una diferencia positiva en su hogar. Aprendieron que cuando trabajan juntos y se preocupan por el bienestar de los demás, pueden lograr grandes cosas. Con el tiempo, el bosque volvió a florecer y todos los animales vivieron en armonía.

Benji siempre recordaría a la familia Ardilla como sus héroes y les estaría eternamente agradecido.

Y así, la historia de la familia Ardilla y su amistad con Benji nos enseña que no importa cuán pequeños o diferentes seamos, siempre podemos hacer grandes cosas cuando trabajamos juntos para cuidar nuestro hogar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!